EXPERIMENTAR A CRISTO
COMO EL FACTOR QUE ATRAE PARA GANAR
PERSONAS DE UNA MANERA NORMAL
El hecho que Jesús llamara a los discípulos no fue algo milagroso. No debemos creer en una manera milagrosa. En cambio, debemos tener un vivir adecuado con el Señor y contactar personas tal como el Señor nos dirija. Entonces, hasta cierto punto, las personas serán atraídas al Señor. No todos serán completamente atraídos al Señor la primera vez que los contactemos; muchos necesitarán que los contactemos otra vez, y otros puede que necesiten que los contactemos muchas veces. Andrés, Pedro y Juan fueron llamados tan sólo la segunda vez que los contactaron, pero algunos de los primeros discípulos pudieron haber sido capturados por el Señor hasta después de contactarles varias veces. El principio es que no debemos esperar que el Señor capture a las personas inmediatamente de una manera milagrosa. No nos debe importar cuán rápido sean capturados. Simplemente necesitamos una vida cristiana diaria y apropiada, y las experiencias de Cristo como el factor que atrae. Tenemos a Cristo en todos Sus aspectos como la gran atracción, porque lo hemos experimentado como el Cordero de Dios que quita nuestros pecados, como el que bautiza con la paloma y como la gran luz que brilla sobre nosotros. Esto hará que las personas se sientan atraídas no hacia nosotros, sino hacia al Señor. Sin embargo, esto no significa que todas ellas serán capturadas inmediatamente. En muchos casos, tomará tiempo ganar personas.
Todos debemos acudir delante del Señor para ser disciplinados exhaustivamente con respecto a nuestra vida cristiana y a nuestra manera de ser. Cuánta capacidad tengamos para atraer a las personas dependerá de cuánto hemos experimentado a Cristo. Por tanto, llevar fruto debería ser una parte práctica de nuestra vida cristiana. Si todos somos edificados en este aspecto, espontáneamente llevaremos fruto cada año. Si llevamos un fruto o varios en un año, todos seremos fructíferos. Los hermanos que llevan la delantera deben ayudar a los santos a ser edificados de esta manera. Todos necesitamos ser edificados conforme a esta clase de vida cristiana. No debiéramos adoptar la posición de la cristiandad como nuestra norma, la cual es absolutamente anormal. Algunas personas nunca predican el evangelio, y algunas que predican lo hacen de una manera insensata soñando que ocurrirá algo milagroso. La manera apropiada de llevar fruto es darnos cuenta de que necesitamos tener un vivir diario siendo pámpanos en la vid, los cuales absorben todas las riquezas de la grosura, el jugo vital, de la vid, la vida rica de Cristo. Entonces, de manera espontánea la vida divina se desbordará, lo cual resultará en llevar fruto. Cada fruto proviene del desbordamiento de la vida interior. De esta manera, la iglesia crecerá no sólo en vida, sino también en número. Esto no es una clase de movimiento u organización. Se trata del crecimiento y propagación de Cristo como nuestra vida interior. Cristo crece en nosotros, y se propaga desde y a través de nosotros hacia otras personas. Ésta es la manera apropiada de llevar fruto en el recobro del Señor.
Esto requiere de mucha oración. Todos debemos orar: “Señor, día y noche concédeme una vida cristiana apropiada y recobrada para poder disfrutar constantemente las riquezas de Tu vida divina, a fin de llevar fruto al desbordar Tu rica vida”. Luego, necesitamos tener comunión unos con otros y aprender la lección de ser flexibles hacia otros. De esta manera, no se nos olvidarán ninguno de nuestros parientes, vecinos, compañeros de escuela, colegas ni amigos. Nosotros cuidaremos de todos ellos. Si han sido predestinados o no, eso depende de la misericordia del Señor; nosotros no lo sabemos. No obstante, todos ellos serán cuidados a través de nuestra vida fructífera. Año tras año llevaremos fruto entre todas las personas que conocemos. Todo esto es la manera en que la iglesia crecerá, no como un movimiento o como lo que llaman un avivamiento, sino por medio de nuestro vivir adecuado, diario y que lleve fruto.
(
Manera normal de llevar fruto y de pastorear a fin de edificar la iglesia, La, capítulo 5, por Witness Lee)