Manera normal de llevar fruto y de pastorear a fin de edificar la iglesia, La, por Witness Lee

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LA VIDA DE IGLESIA, LLEVAR FRUTO, Y CUIDAR DE LOS NUEVOS CREYENTES SON UNA PRUEBA PARA NUESTRA VIDA CRISTIANA

Hay tres pruebas que determinan si un hermano o una hermana es una persona apropiada. La primera prueba es la vida de iglesia. Aun si alguien es considerado una persona santa y prominente, si no se aviene a la vida de iglesia, tal persona es inadecuada. La segunda prueba es llevar fruto. Es posible estar en la iglesia, avenirse a la vida de iglesia y no tener ningún problema con respecto a la iglesia, pero si no llevamos fruto, también somos personas inadecuadas. Algunos pasan la prueba de la vida de iglesia, pero no pueden pasar la prueba de llevar fruto. La tercera prueba es si se está cuidando de los creyentes más jóvenes. Juan 15 nos habla sobre llevar fruto, y Juan 21 nos habla de apacentar a los corderos (v. 15). Necesitamos cuidar de los corderitos. En la mayoría de las iglesias cristianas existe una gran escasez en cuanto a la predicación apropiada del evangelio. Sin embargo, en algunas iglesias la predicación del evangelio es prevaleciente, pero tienen deficiencias en el cuidado que les prodigan a los nuevos creyentes. Quizás ellos salven y bauticen a cien personas, pero puede ser que solamente permanezcan cinco o seis de ellas. El resto se aleja debido a que no les prodigaron un cuidado apropiado. No debiéramos quejarnos diciendo que los hermanos responsables son inadecuados para satisfacer la necesidad de pastoreo; más bien, debemos culparnos a nosotros mismos. Si cada uno de nosotros cuidara de un creyente joven, el pastoreo entre nosotros sería el adecuado. Sin embargo, muchos de nosotros asistimos con regularidad a las reuniones de la iglesia y pasamos fácilmente la prueba de la iglesia; pero no muchos pasan la segunda prueba, y es aún más difícil pasar la tercera prueba. Aprobar solamente una prueba equivale a recibir una calificación del treinta y tres por ciento, lo cual corresponde a una reprobación. Esto no es nada insignificante.

(Manera normal de llevar fruto y de pastorear a fin de edificar la iglesia, La, capítulo 4, por Witness Lee)