SER EXAMINADOS POR EL SEÑOR BAJO SU LUZ
En segundo lugar, tenemos que aprender en la presencia del Señor a ser examinados por Él. Podríamos decirle: “Señor, aquí estoy. Sé que no soy una persona muy apropiada ni muy útil. Soy una persona natural, salvaje y cruda, pues nunca he sido ‘cocinado’, procesado, por Ti. Incluso soy pecaminoso, mundano y carnal. Señor, a fin de que puedas usarme como Tu esclavo, primero es preciso que me examines. Necesito que me disciplines. Necesito que me ‘cocines’. Señor, me abro a Ti, pero no dependo de mi apertura; dependo de Tu escrutinio. Llévame a Tu luz. Resplandece sobre mí, resplandece dentro de mí y resplandece intensamente a través de mí, a fin de que sea plenamente puesto al descubierto”. Todos debemos hacer esta clase de oración. Es mejor orar así a solas. En otras cosas no debemos ser individualistas, pero es mejor hacer esta clase de oración de manera individual. Debemos pasar una hora o más en la presencia del Señor con este propósito, verificando con Él una y otra vez hasta que nos sintamos liberados y no haya nada más que deba ser puesto al descubierto.
(Manera normal de llevar fruto y de pastorear a fin de edificar la iglesia, La, capítulo 1, por Witness Lee)