Manera normal de llevar fruto y de pastorear a fin de edificar la iglesia, La, por Witness Lee

Más extractos de este título...

GASTAR Y GASTARSE DEL TODO POR AMOR A OTROS

El apóstol Pablo dijo: “Yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas” (2 Co. 12:15). Este pasaje conlleva la noción de sacrificar nuestras riquezas y nuestra vida. Gastar se refiere a gastar las posesiones de Pablo, y gastarse del todo se refiere a derramar lo que él era, refiriéndose a su ser. Si nuestro espíritu es el de gastar todo cuanto tenemos y gastarnos a nosotros mismos, es decir, sacrificar lo que somos, obtendremos un gran aumento cada año. Al presente, nuestra tasa de aumento es muy baja. Esto se debe a que no hemos gastado adecuadamente lo que tenemos y lo que somos. Hemos tenido reservas con respecto a nuestros gastos y hemos resguardado nuestro yo. Es imposible lograr una tasa alta de aumento mientras permanezcamos en tal condición. Tal como indicamos en el capítulo anterior, los bóxers en China tenían un lema: “Maten a todos los occidentales y sus seguidores, menos al señor Corbett”. Esto se debe a que ese misionero lo había gastado todo y se había gastado él mismo por amor al pueblo chino. Siempre que algún pobre acudía a él, él le daba algo, como una cena o alojamiento. Él no se reservaba nada. A la postre, cuando él mismo carecía de algo, la gente sabía que era debido a que él lo había gastado en ellos.

Pablo era esta clase de persona. Él siempre gastaba y se gastaba; estaba en serio con el Señor. Él estaba en la tierra para nada más que ganar personas. Por tanto, también expresó: “Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que de todos modos salve a algunos” (1 Co. 9:22). Algunas personas que están en la vida de iglesia son muy fuertes en su manera de ser como para que sean así de accesibles; tal parece que nadie puede causar que sean moldeados. Sin embargo, al parecer Pablo no tenía su propia manera de ser. Él era simplemente como un pedazo de madera al cual se le podía labrar en cualquier forma. Debido a que el Señor había tratado por completo su modo de ser, era suave, maleable, flexible y adaptable a cualquier situación. En mi entrenamiento en Taiwán en 1954, les dije a los servidores que su carácter y su manera de ser debían ser como pasta, es decir, que se puede aplicar a cualquier tipo de superficie. Por el contrario, algunos de los hermanos y hermanas son como pedazos de roca que no se pueden adaptar a ninguna situación. Este tipo de “roca” sólo sirve para golpear a otros. Quizá algunos incluso se sientan bien de ser rocas y digan que un pedazo de roca fue útil al Señor para matar al gigante filisteo (1 S. 17:49), pero pensar de esta manera es lamentable. Por un lado, necesitamos ser fuertes, pero por otro, no debemos ser duros. Necesitamos ser suaves, flexibles y adaptables; útiles para cualquier situación en la que se nos ponga; capaces de encajar en cada curva y en cada esquina.

(Manera normal de llevar fruto y de pastorear a fin de edificar la iglesia, La, capítulo 3, por Witness Lee)