NO LLEVAR FRUTO CAUSA QUE SEAMOS CORTADOS
DEL DISFRUTE QUE TENEMOS DE LA VIDA DE LA VID
Muchos de nosotros no nos damos cuenta de que si no traemos a las personas al Señor, algo anda mal con nosotros. Comemos y dormimos en paz pensando que nuestra condición es normal. Esto se conforma a un concepto equivocado que heredamos de nuestro trasfondo. Si nos enojamos con nuestra esposa, de inmediato sentimos que actuamos mal y estamos bajo condenación; pero si no hemos llevado fruto por muchos años es probable que no nos sintamos condenados. Quizás pensemos que no es tan importante el llevar fruto, mientras que en otros asuntos no seamos inadecuados. Sin embargo, todo pámpano que no lleva fruto por largo tiempo es totalmente inadecuado. En Juan 15:2 el Señor Jesús dijo: “Todo pámpano que en Mí no lleva fruto, lo quita; y todo aquel que lleva fruto, lo poda, para que lleve más fruto”. El Padre siempre quita los pámpanos que no llevan fruto. Esto no significa que tales pámpanos se pierdan. La salvación o la perdición no constituyen el pensamiento de Juan 15. Más bien, este capítulo nos muestra que cuando disfrutamos de las riquezas de la vid, nosotros llevamos fruto al rebosar de la vida interior. Por tanto, ser quitados de la vid equivale a ser separados del disfrute de las riquezas que tiene la vid. Esto no significa que seamos cortados de la salvación que Cristo efectúa, sino que somos cortados del disfrute de las riquezas que tiene la vida de Cristo. Ésta es la razón por la que muchos hermanos y hermanas no disfrutan tanto de las riquezas de Cristo. Ellos están en la vida de iglesia y asisten a las reuniones, pero tienen muy poco disfrute de las riquezas propias de la vida de Cristo simplemente porque no llevan fruto.
Llevar fruto es la manera en que podemos disfrutar de las riquezas que tiene la vida de Cristo. Cuánto más llevamos fruto, mayor suministro de vida necesitamos y mayor suministro de vida recibimos a fin de satisfacer nuestras necesidades. Si usted me dijera: “No siento que disfruto mucho al Señor”, yo le respondería: “¡Vaya y lleve fruto! Entonces las riquezas de Cristo bullirán dentro de usted”. No importa cuánto busquemos al Señor, es un principio espiritual que si no llevamos fruto, seremos cortados del disfrute de Cristo, o sea, del suministro y las riquezas de la vid. Cuánto disfrute tenemos de las riquezas de la vid depende de cuánto fruto llevamos. Podemos comparar esto con una manguera conectada a una llave de paso. Nadie espera que fluya el agua para abrir la llave, sino que el agua fluye tan pronto uno abre la llave. Si la vid no nos provee el suministro se debe a que “hemos cerrado la llave de paso”. Cerrar así el paso del suministro es la manera como el Padre corta los pámpanos. El Padre no corta los pámpanos de la vid con el fin de condenarlos al infierno, según la enseñanza de algunas personas. Les reitero, Juan 15 no concierne al hecho de ser salvo o perderse. Más bien, nos muestra que todos somos pámpanos de la vid que gozan del suministro de la vid. Por tanto, necesitamos absorber el jugo vital de la vid a fin de gozar del rico fluir de vida. Sin embargo, para tener el rico fluir de vida, debemos abrir nuestro ser, permitir que la vida fluya de nuestro interior y llevar fruto.
(Manera normal de llevar fruto y de pastorear a fin de edificar la iglesia, La, capítulo 4, por Witness Lee)