Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, por Witness Lee

APRECIO Y DISFRUTE

El Señor hoy va a recobrar el que nosotros le tomemos como una persona viva. En Cantar de los cantares, vemos a alguien que busca al Señor, quien, por su búsqueda, le halló. Después de que ella halló al Señor, empezó a tener una dulce comunión con Él. Todo esto se narra en los primeros dos capítulos. Lo primero que vemos en su comunión es que en ella se despertó un verdadero aprecio por el Señor. En su aprecio, ella dijo que interiormente el Señor era para ella un saquito de mirra y exteriormente un ramo de flores de alheña. Ella buscó al Señor, lo halló y en su comunión con Él, empezó a apreciarlo. Después de esto, empezó a disfrutarlo: ella dijo que su amado era semejante al manzano. Un manzano no sólo está allí para que lo apreciemos, sino también para que lo disfrutemos. Así que vemos que ella primero apreció al Señor, y luego empezó a disfrutarlo comiendo del fruto del manzano bajo su sombra. Ella disfrutó tanto del fruto como de la sombra del manzano. Después de esto, ella fue llevada a la sala de banquetes, que significa casa del vino. El disfrute de ella allí consistió en comer y beber. Al disfrutar al Señor de esta manera, ella empezó a participar de Él.

(Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, capítulo 7, por Witness Lee)