Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, por Witness Lee

PASAR DEL APRECIO AL DISFRUTE

Después de que la buscadora llegó a ser un lirio, empezó a disfrutar al Señor. Al principio, ella manifestó su aprecio por el Señor, comparándolo a un saquito de mirra y a un ramo de flores de alheña; sin embargo, aún no había empezado a disfrutar al Señor. El disfrute empezó cuando ella fue transformada en un lirio. Fue después de que llegó a ser un lirio que ella empezó a disfrutar del fruto del Señor, el cual era dulce a su paladar. Entonces, no sólo apreció al Señor, sino que también lo disfrutó comiendo de Su fruto. Después de esto, ella fue llevada a la sala de banquetes, la casa del vino, para disfrutar aún más, comiendo y bebiendo del Señor. Anteriormente, solamente había apreciado al Señor de cierta manera. Las riquezas del Señor aún no habían sido depositadas en ella. Pero cuando comenzó a disfrutar al Señor, empezó a recibir algo del Señor. Al comer y beber del Señor, algunos de los elementos del Señor se forjaron en ella. Por consiguiente, al comer, beber y disfrutar del Señor, se forjó en la buscadora la tercera etapa de la transformación. Ella llegó a ser una paloma. La paloma en la Biblia simboliza al Espíritu Santo. Así que, como una paloma, ella vivía como el Espíritu, se conducía como el Espíritu y su aspecto era semejante al Espíritu. Por lo tanto, como una paloma, ella llegó a ser la expresión del Espíritu. Fue al recibir al Señor en su interior a modo de disfrute —y no simplemente al apreciarlo— que un poco del elemento del Señor entró en ella para transformarla de modo sustancial. De ese modo, ella dejó de ser una yegua o un lirio, y se convirtió en una paloma: la expresión del Espíritu vivificante.

(Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, capítulo 11, por Witness Lee)