EL DESIERTO
Para el momento en que la buscadora sale del desierto, ella ya ha perdido su personalidad. El desierto, según mi experiencia, es simplemente nuestra voluntad. Por lo tanto, salir del desierto es salir de nuestra voluntad. El desierto es verdaderamente la región de nuestra voluntad. Mientras permanezcamos en nuestra voluntad, estaremos vagando en el desierto. Nunca podremos andar por un camino recto para seguir al Señor. Nuestra voluntad viene a ser un engaño para nosotros. Por lo tanto, cuando la buscadora sale del desierto, ella está saliendo de su voluntad. Anteriormente ella era semejante a una yegua, a un lirio y a una paloma; pero ahora, esta persona que era tan terca se ha convertido en columna de humo.
“¿Quién es ésta [heb.] que sube del desierto cual columna de humo?”. La respuesta es que ella es la litera de Salomón. Ella ya no tiene carácter ni voluntad. Todos sabemos que una litera no tiene voluntad. Mientras nosotros conservemos nuestra voluntad, no podremos ser el lugar de reposo para Jesús. Sería espantoso tratar de descansar sobre algo que tiene una voluntad férrea. Pero es fácil descansar sobre una cama o una litera, porque no tiene voluntad. Si nuestra litera o cama tuviera una voluntad, nos sería imposible descansar durante la noche. Pero ahora ella se ha convertido en una litera y en un palanquín desprovisto de voluntad. Y al final ella llega a ser la corona.
(Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, capítulo 6, por Witness Lee)