Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, por Witness Lee

SATISFACCIÓN PLENA

En este libro se narran muchas ocasiones en que la amada busca al Señor, lo halla y es satisfecha. Al menos en cuatro o cinco ocasiones la buscadora empieza nuevamente a buscar al Señor. Ella después halla lo que busca y es satisfecha. Cada vez que encuentra satisfacción, ella crece y se genera en ella una nueva búsqueda. Ella llega a ser el palanquín y la corona, y en cierto sentido, es completamente satisfecha. Supongamos que usted alcanzara esta etapa y llegara a ser el palanquín y la corona del Señor Jesús. Estoy seguro de que exclamaría: “¡Aleluya! ¡Ésta es la satisfacción más plena!”. Sin embargo, aún queda algo más por delante, que es mucho mejor. Debemos avanzar de la etapa de la corona y ser un huerto para cultivar algo para Él. Entonces el Señor hallará algo en nosotros que le proporcionará disfrute y satisfacción. No se trata solamente de que seamos una corona para que Él se gloríe; pues, además de esto, debemos cultivar algo que el Señor Jesús pueda comer y disfrutar. En otras palabras, debemos producir algunos materiales para la edificación. Somos la labranza de Dios y el edificio de Dios. Somos el huerto y también la ciudad. Es a partir del huerto que la ciudad es edificada.

(Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, capítulo 8, por Witness Lee)