Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, por Witness Lee

BUSCAR AL SEÑOR

Este libro nos muestra que el crecimiento espiritual en vida empieza con nuestra búsqueda del Señor. Además nuestra búsqueda es siempre el resultado de haber sido atraídos y cautivados por el Señor. Siempre que el Señor se revela a nosotros, espontáneamente somos atraídos para ir en pos de Él. La búsqueda en este libro es motivada por el amor. Cuando somos atraídos por el Señor, empezamos a buscarlo expresándole nuestro amor. Después de buscarlo, viene la etapa en la cual lo hallamos, y empezamos a tener una verdadera comunión con el Señor. Después de la búsqueda hallamos al Señor, y después de que lo hallamos, empezamos a tener comunión con Él.

En el primer capítulo de este libro, la buscadora fue llevada a las habitaciones del Rey. Ella incluso se sentó en la mesa del Rey. Esto alude a una comunión íntima e intensificada con el Señor. Es mediante nuestra comunión con el Señor que empezamos a apreciarlo. En la primera etapa de nuestra experiencia no disfrutamos al Señor directamente, sino que sentimos aprecio por Él. Aquí la buscadora empezó a expresar su aprecio por el Señor, comparándolo con un saquito de mirra y un ramo de flores de alheña. Éstas figuras representan el aprecio que ella sentía por el Señor. Ella ciertamente apreciaba Su dulzura, Su hermosura y Su belleza.

En el último versículo del capítulo 1, ella ingresó en un nivel de comunión más profundo con el Señor: “Las vigas de nuestra casa, cedro; nuestro artesonado, ciprés”. El cedro se refiere a la resurrección, y los artesonados de ciprés aluden a la muerte de Cristo. Por medio de estas experiencias, ella empezó a tener una comunión más estrecha con el Señor.

(Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, capítulo 11, por Witness Lee)