LA VIDA DIFIERE DE LOS DONES
Debido a que los dones espirituales se mencionan en la Biblia, los cristianos pueden tener el concepto equivocado de que los dones están relacionados con la vida. Sin embargo, los dones difieren de la vida. Génesis 2:9 demuestra claramente que el conocimiento es lo opuesto de la vida, y 1 Corintios demuestra que los dones no son la vida.
En 1 Corintios 1:7 dice que los creyentes corintios no les hacía falta ningún don. El contexto de este versículo revela que ellos tenían toda clase de dones y eran ricos en todo conocimiento y en toda palabra. Así que, podríamos pensar que ellos estaban llenos de vida. Pero debemos leer los primeros cuatro versículos de 1 Corintios 3, que dicen: “Yo, hermanos, no pude hablaros como a hombres espirituales, sino como a carne, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no alimento sólido; porque aún no erais capaces de recibirlo. Pero ni siquiera sois capaces ahora, porque todavía sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos y contiendas, ¿no sois carnales, y andáis según lo humano? Porque diciendo el uno: Yo soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois hombres de la carne?”. Pablo les dijo a ellos que no eran espirituales, sino carnales e infantiles. Debido a la condición de ellos, él no pudo darles alimento sólido, sino leche. Pese a que tenían toda clase de dones, seguían siendo bebés en Cristo. Esto demuestra muy claramente que es posible que usted tenga los dones, pero no tenga mucha vida.
Muchas veces he usado el ejemplo del asna de Balaam, mencionado en el Antiguo Testamento. Un profeta gentil llamado Balaam tenía un asna que de repente habló en un lenguaje humano (Nm. 22:28-30). El hecho de que un asna hable en un lenguaje humano es un verdadero don de lenguas. Éstas no fueron lenguas fabricadas por el hombre, ni fue algo artificial ni superficial; fueron lenguas genuinas dadas por el poder divino; de lo contrario, ¿cómo podía un asna hablar en un lenguaje humano? Sin embargo, ¿había recibido el asna la vida humana? Claro que no; simplemente recibió el don para ejercer cierta función, pero no recibió la vida. Por mucho que hablara en un lenguaje humano, no era un ser humano, sino que seguía siendo un asna. Un asna sigue siendo un asna, aun cuando hable en un lenguaje humano mejor que yo. Yo soy un ser humano, ella no lo es; tal vez no tenga el don que ella tiene, pero tengo la vida humana. El asna tiene el don, mas no la vida humana.
Si deseamos conocer la vida, debemos discernir claramente la diferencia entre la vida y el conocimiento, y entre la vida y los dones. ¿Aún piensa que los dones son equivalentes a la vida? Supongamos que una persona a menudo habla en lenguas y otra tiene un poderoso don de sanidad. ¿Piensa usted que estos dones son la vida? Si es así, entonces no entiende lo que es la vida. La vida difiere del conocimiento, y también difiere de los dones.
(Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, La, capítulo 1, por Witness Lee)
