EL ARREPENTIMIENTO ES NECESARIO
AL RECIBIR LA SALVACION DE DIOS
Cuando un agricultor siembra, ¿puede sembrar en un campo sin antes hacer nada a la tierra? El trigo crece fácilmente. Aun para que podamos cultivar trigo, primero tenemos que arar el campo y labrar la tierra. De la misma manera, en la salvación de Dios, primero se debe hacer la obra labradora antes de que las plantas crezcan de una manera profunda. Por lo tanto, quienes nunca sienten que han pecado no podrán ser salvos, ni tampoco lo serán aquellos que nunca sienten que están equivocados. Quizás después de escuchar el evangelio completo como lo estamos predicando ahora uno sería aclarado con respecto a la obra de Dios en Cristo y gustosamente recibiría el evangelio. No me atrevo a decir que no haya tenido arrepentimiento. Quizás tenga arrepentimiento, pero su arrepentimiento no es profundo. El Espíritu Santo no ha operado mucho en él. No ve que es débil, sucio e inútil pecador delante de Dios. Una persona así, tiene que pasar por la experiencia de Romanos 7 en sus siguientes años. ¿Cuál es la experiencia de Romanos 7? Es la lección que tiene que aprender un cristiano que no se ha arrepentido. Si un hombre ha pasado por el arrepentimiento cuando viene a Dios, no existe la necesidad de la experiencia de Romanos 7. Si un hombre no se ha arrepentido y no sabe que delante de Dios está desolado, pero recibe el evangelio pleno inmediatamente cuando lo escucha, en su experiencia futura, Dios todavía tiene que mostrarle su desolación. Es necesario que uno se conozca a sí mismo, ya sea desde el principio o durante su andar. Dios nunca permite que un cristiano no se conozca a sí mismo.
Por lo tanto, podemos ver el significado verdadero del arrepentimiento de acuerdo a la Biblia. El arrepentimiento es un concepto nuevo del pasado de uno. En el arrepentimiento uno se ve uno mismo, de la misma manera que la fe ve al Señor Jesús. Cuando uno cree, ve la obra que el Señor Jesús ha hecho por él. Cuando se arrepienta, ve los hechos que él mismo ha hecho en el pasado. Ver lo que uno ha hecho en el pasado es arrepentimiento; ver lo que el Señor Jesús ha hecho sobre la cruz es fe. Si queremos ver lo que el Señor Jesús ha hecho por nosotros, primero debemos ver lo que hemos hecho nosotros mismos. Si el ladrón que fue crucificado junto a Jesús no hubiese dicho claramente con su propia boca que lo que estaba sufriendo era lo que merecía, no hubiera podido haber dicho al que estaba crucificado al lado de él: “Acuérdate de mí cuando entres en Tu reino” (Lc. 23:42). Si él hubiera maldecido a los magistrados como agentes del imperialismo, y si no hubiera visto que lo que él sufría era lo que merecía, no hubiera visto quién era el Señor. Cuando no nos vemos a nosotros mismos, no vemos al Señor. Cuando nos vemos a nosotros mismos, vemos al Señor. Esto es arrepentimiento.
Por lo tanto, podemos ver que el arrepentimiento no tiene ningún elemento de nuestro yo, nuestra obra o nuestra conducta. Muchas personas dicen que no creen en el arrepentimiento. Eso no es verdad. Yo creo en el arrepentimiento con todo mi corazón. Pero creo en el arrepentimiento bíblico. No creo en el arrepentimiento mental que algunos han tenido. Si es un arrepentimiento de acuerdo a la Biblia, con gusto creo, porque es real. El arrepentimiento nos da una perspectiva y una percepción nuevas. Solamente de esta manera podemos recibir al Señor por fe en la presencia de Dios.
(Evangelio de Dios, El, capítulo 11, por Watchman Nee)