LOS DOS ASPECTOS DE LA CRUZ DEL SEÑOR
He aquí una pregunta. El Señor Jesús murió en la cruz, pero ¿cuál es el significado de Su muerte? ¿Quién lo envió a la cruz? Cualquiera que lee los Evangelios sabe que los judíos lo enviaron a los gentiles, y los gentiles lo crucificaron. Si mal no recuerdo, Pilato era español. ¿Cómo podemos decir que Jesús murió para llevar nuestros pecados? El fue claramente crucificado por el hombre. En Hechos 2:23 Pedro le dijo a los judíos que ellos clavaron a Jesús en la cruz por manos de inicuos. Aquí dice que los judíos clavaron al Señor Jesús en la cruz. Pero ¿qué hizo el Señor Jesús en la cruz? Antes de ir a la cruz, El oraba en el huerto de Getsemaní. ¿Era Su oración, acompañada de sudor como gotas de sangre, causada por la persecución y oposición del hombre? ¿Era porque Judas traía hombres para arrestarlo? ¿O era por que tenía que ir a la cruz para redimirnos del pecado? ¿No era porque Dios hizo pecado al que no tenía pecado por nosotros y puso todos los pecados del mundo sobre El para poder cargarlos sobre el madero? Allí El oró: “Padre, si quieres, pasa de Mí esta copa” (Lc. 22:42).
Si la cruz escapaba al control del hombre, si era sólo un instrumento para algunos hombres malignos para matarlo, y si sólo estaba el aspecto humano del Señor Jesús, entonces no me gustaría escuchar esta oración del Señor. No me gustaría escuchar que Jesús de Nazaret se arrodillara pidiéndole al Padre que si fuera posible le removiera esa copa. Durante los últimos dos mil años, muchos mártires y discípulos del Señor vociferaron más que El cuando estaban por morir. Muchos mártires, cuando estaban encerrados en celdas y calabozos, oraron para que el Padre los glorificara, prefiriendo morir por el Hijo, y más bien testificar de la Palabra del Señor con su sangre. Si no hubiera sido por Dios que comenzó a poner la carga de los pecados sobre el Señor en Getsemaní, y si no hubiera sido por Dios que puso la carga de llevar nuestros pecados sobre el Señor Jesús, nosotros tendríamos que decir que el Señor Jesús no tuvo tanta valentía como los que creyeron en El. Así que, el problema es que la cruz tiene el aspecto del hombre y de Dios. El hombre crucificó al Señor Jesús. Pero el Señor dijo que nadie toma Su vida; El la entregó (Jn. 10:17-18). El hombre podría crucificar al Señor mil veces o diez mil veces, pero si El no entrega Su vida, nada se le puede hacer. El hombre cree que El fue crucificado por los hombres. Nosotros creemos que El fue crucificado por Dios a nuestro favor para redimir nuestros pecados.
Tenemos que descubrir de la Biblia qué fue lo que Dios hizo en la cruz. Primero, leamos Isaías 53:5-10: “Mas El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre El, y por Sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en El el pecado de todos nosotros. Angustiado El, y afligido, no abrió Su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de Sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió Su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y Su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de Mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos Su sepultura, mas con los ricos fue en Su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en Su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto Su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en Su mano próspera”. Los apóstoles citaron Isaías 53 muchas veces en el Nuevo Testamento. Este pasaje habla del Señor Jesús. ¿Qué fue lo que el profeta dijo cuando escribió esta porción de la Escritura? La última oración del versículo 4 dice: “Y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido”. Al principio, el profeta pensó que El había sido herido y azotado por Dios, que El fue castigado por Sus propios pecados y herido por Dios por Sus transgresiones. Pero en el versículo 5, hay un cambio. Dios le mostró una revelación por la palabra mas. Nosotros creemos que el sólo sufría castigo y herida. Mas El no estaba sufriendo castigo y herida. “Mas El herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre El, y por Su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino” (vs. 5-6). La oración que sigue es muy preciosa: “Mas Jehová cargó en El el pecado de todos nosotros” (v. 6). Esto es lo que El Señor hizo. Podemos ver que existe el aspecto del hombre para la cruz y el aspecto de Dios. Aunque fueron las manos del hombre que clavaron al Señor Jesús, manifestándose el odio del hombre hacia Dios; también Dios puso todos nuestros pecados sobre El y lo crucificó. La cruz la hizo Dios; fue algo que Jehová cumplió.
¿Qué ocurrió en la cruz? “Angustiado El, y afligido, no abrió Su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de Sus trasquiladores, enmudeció y no abrió Su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y Su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido” (vs. 7-8). Ser cortado de la tierra de los vivientes significa morir. Los que estaban parados delante de la cruz, cuando el Señor fue crucificado, se maravillaban y preguntaban por qué este hombre era crucificado. Ellos no sabían por qué le sucedía tal cosa. El profeta dijo que “no abrió Su boca”, y que “como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de Sus trasquiladores”. ¿Quién supo que El fue cortado de la tierra de los vivientes por causa del pecado del pueblo? ¿Quién supo que era Dios trabajando en El para cumplir la obra de redención? La cruz fue el medio por el cual el Señor, con Su muerte, cumplió la redención. El versículo 9 dice: “Y se dispuso con los impíos Su sepultura, mas con los ricos fue en Su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en Su boca”. El versículo 10 es muy precioso: “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto Su vida en expiación por el pecado”. La cruz es la obra de Dios. Fue Dios mismo quien llevó nuestros pecados a la cruz. El resolvió nuestro problema del pecado. Nunca den crédito a Judas por la entrega del Señor Jesús a los judíos. Nunca piensen que sin Judas el Señor no hubiera podido ser el Salvador. Aunque hubiese miles y miles de Judas, seguiría siendo inútil. El Señor Jesús llevó nuestros pecados.
Cuando el Señor Jesús oraba en el huerto de Getsemaní, parece que El era el hombre más débil, sin valor. El pidió al Padre que quitara la copa (Lc. 22:24). Pero cuando salió del huerto al encuentro de muchos hombres malignos, El dijo: “Yo soy”, y ellos “retrocedieron, y cayeron a tierra” (Jn. 18:6). Por favor recuerden que El no cayó cuando enfrentó a los hombres malignos. Por el contrario, El hizo que ellos cayeran. Mientras estaba en Getsemaní, considerando el sufrimiento de llevar los pecados del hombre, cómo el que era sin pecado se haría pecado, y cómo tomaría el juicio del pecado sobre Sí, El oró si era posible quitar esa copa. Si no hubiera sido por el asunto de la redención, el Señor Jesús ni se hubiera comparado con un mártir. Qué valerosos eran todos los cristianos mártires cuando estuvieron en la fosa de los leones. Pero el Señor Jesús suplicó, en lo posible, que se le quitara la copa. Físicamente hablando, el Señor Jesús era muy diferente a los mártires. Pero para la redención, para resolver el problema del pecado, para que Dios viniera a cargar al hombre y el pecado de éste, incluso El tuvo que pedir, si era posible, quitar esa copa. La Biblia dice que Jehová lo hizo expiación por el pecado. Jehová puso sobre El la iniquidad de todos nosotros. Fue algo que Jehová hizo. La cruz era la obra de Dios; no era la obra del hombre. La cruz es Dios mismo que viene a la tierra para llevar los pecados del hombre. La cruz no es la crucifixión del Hijo de Dios por el hombre.
¿Ustedes se acuerdan lo que la Biblia dice acerca de la hora sexta a la hora novena? La luz del sol se oscureció (Lc. 23:44-45). Los judíos se burlaban de El, y los gentiles lo golpeaban y avergonzaban, pero el sol estaba fuera del control de los judíos. Los gentiles no tenían la autoridad de manipular el sol. El hombre podía aclamar y tocar trompeta, pero el terremoto era algo que Pilato no podía llamar. ¿Por qué se oscureció el cielo? Este fenómeno ocurrió porque Dios mismo vino para llevar nuestros pecados. Esto no fue algo hecho por el hombre. Si hubiera sido hecho por el hombre, ¿habría Dios agregado dolor a Su Hijo mientras estaba colgado en la cruz? ¿No podría Dios haber enviado doce legiones de ángeles para rescatarlo? Así hubiera sucedido si no hubiera sido por la redención de los pecados. Agradecemos y alabamos a Dios que Su Hijo vino para redimirnos de los pecados. Por eso dijo: “Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mt. 27:46). Ningún creyente en los dos mil años pasados tuvo que decir tal terrible palabra cundo murió. Por dos mil años los creyentes, hayan muerto en paz o en dolor, fueron más osados que El. ¿Por qué el Hijo de Dios fue rechazado por Dios? Si hubiera sido manos de hombre y crucifixión de hombre, ese hubiera sido el momento en que El habría necesitado la presencia de Dios más que nunca. Cuando el hombre complotó para perseguirlo y matarlo, Dios debería manifestar Su presencia aún más. Ese era el momento más crítico. Dios debería haber estado con El. Pero, en vez de eso, ¿por qué Dios lo dejó? Era únicamente porque el Hijo de Dios se había hecho pecado y llevó el juicio. Por eso El clamó: “Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué me has desamparado?” Dios lo desamparó. Los que hemos creído en la obra de redención sabemos que la obra de la cruz se cumplió para que El fuera juzgado por el pecado. La cruz del Señor nos muestra cuán maligno es el pecado y qué precio Dios pagó para la obra de la redención.
Aparte de Isaías 53, también podemos encontrar otro testimonio claro. En Romanos 3:25, Dios puso a Cristo “como propiciación”. Esto también muestra claramente que la obra fue hecha por Dios. Deuteronomio 21:23 nos dice que todo aquel que sea colgado en el madero será maldito por Dios. Cuando el Señor estaba colgado en la cruz, El no era maldito por el hombre, sino por Dios. Por eso, El nos puede liberar de la maldición. En 1 Juan 4:10 se dice que Dios nos amó y envió a Su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Dios envió a Su Hijo para ser la propiciación. El hombre no lo crucificó. En 2 Corintios 5:21 también se dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado”. Esto lo hizo Dios. La cruz es la obra de Dios. Dios fue quien hizo pasar al Señor Jesús por la cruz. Hechos 2:23 menciona tanto el aspecto de Dios como el del hombre. “A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, matasteis clavándole en una cruz por manos de inicuos”. El Señor Jesús fue matado por los judíos en manos de inicuos. Sin embargo, tal muerte fue según el determinado consejo de Dios. Esto nos muestra que todo fue hecho por Dios. Nosotros tenemos pecado, y el pecado sólo puede ser tratado por Dios mismo. Por esta razón, Dios vino al mundo para ser un hombre. Mientras El era hombre, sin duda era justo. Pero esta justicia no nos fue imputada. La muerte del Señor Jesús fue la que nos liberó de la maldición de la muerte (Gá. 3:13). El no nos liberó del pecado mientras vivía, sino cuando murió. En la cruz, Dios lo crucificó, y no el hombre. La mano del hombre es inútil. Dios fue quien aprovechó la oportunidad para manifestar el pecado del hombre.
(
Evangelio de Dios, El, capítulo 6, por Watchman Nee)