LA RESURRECCION DEL SEÑOR ES LA PRUEBA
DE QUE DIOS ACEPTA SU REDENCION
Esta noche no vamos a hablar acerca de todo lo que está relacionado a la resurrección del Señor Jesús, así como no hablamos acerca de todo lo relacionado a Su muerte la última vez. Hace poco sólo hablamos acerca del aspecto objetivo de la resurrección del Señor. Esta noche también consideraremos sólo ese aspecto de la resurrección del Señor. Objetivamente, el Señor murió una muerte substitutiva por nosotros; El murió por todos (1 P. 3:18; 2 Co. 5:14). Al mismo tiempo, murió por nuestros pecados (1 Co. 15:3). Esto es lo que la muerte del Señor cumplió. Entonces, ¿cuál es el propósito de Su resurrección? Dios levantó al Señor Jesús de los muertos para probar que la obra de redención ha sido cumplida. Dios la ha justificado y aprobado. Ahora está satisfecho.
Muchos de nosotros han tenido la experiencia de hacer negocios. Supongamos que usted tiene una secretaria que le propone un plan. Después de ver el plan tal vez le dé el visto bueno. Esto significa que la obra está aprobada; está bien. Ahora la puede llevar a cabo. El Señor murió por nosotros y la obra fue cumplida. La resurrección del Señor es el visto bueno que Dios da a la obra y muerte del Señor Jesús. Esto significa que esta muerte ahora está aprobada. El problema del pecado del hombre ahora está solucionado. Puesto que el Señor ha resucitado, el problema de nuestros pecados está totalmente solucionado. Si el Señor no hubiera resucitado, aunque la redención se hubiera llevado a cabo, nuestros corazones habrían estado en suspenso. Todavía habría cierta intranquilidad en nosotros, porque aunque supiéramos que la redención había sido cumplida, no sabríamos si había sido aceptada. Sabemos que estamos totalmente redimidos de nuestros pecados cuando vemos que el Señor Jesús ha resucitado. La resurrección es la prueba. Nos muestra que la cruz estaba bien y que la redención fue aprobada. La resurrección comprueba que la obra de la cruz ha sido aceptada y recibida por Dios.
Consideremos una ilustración. Supongamos que debo dinero a alguien. Tal vez le deba tanto que no pueda pagarle. Por supuesto, ésta no es una muy buena ilustración. Pero la usaremos para aclarar un aspecto de la verdad. No se debe aplicar a todos los aspectos de la verdad. Digamos que voy a un hermano y le digo: “Tú conoces muy bien a la persona que le debo dinero. Ustedes dos son muy buenos amigos. Por favor, háblale por mí. Yo no puedo pagarle lo que debo, aunque empeñe todo lo que tengo en una casa de empeño. Incluso tengo dificultad en mi propio sostenimiento. Por favor, haz esto por mí”. Mi acreedor no vive aquí en Shanghái; él vive en Soochow. A pedido mío, el hermano viaja específicamente por mí a Soochow y le dice a aquel hombre: “El Sr. Nee es muy pobre. Ni siquiera puede sostenerse a sí mismo. Esta pequeña cantidad de dinero no es nada para ti. ¿Por qué no le perdonas la deuda?” Supongamos que mi acreedor es muy generoso. El dice: “Puesto que vienes a hablar por la deuda del Sr. Nee, me olvidaré de ella. No me tiene que pagar nada. Devuélvele este pagaré”. Luego él continúa y le dice al hermano: “No nos hemos visto por años. Ya que somos buenos amigos y estás aquí en Soochow, deberías viajar a la colina Tigre y al cerro Santuario Invernal. Pero, ¿por qué no te quedas aquí por unos días?” El lo invita a quedarse en Soochow hospedándolo generosamente. Supongamos que este hermano se fue el 10 de mayo y arregló todo ese mismo día. Sin embargo, ya es el 20 de mayo y todavía no ha vuelto a Shanghái. Mientras él la pasa bien en Soochow, yo me estoy preocupando en Shanghái. No sé si este hermano arregló el asunto o no. Tal vez no volvió por alguna dificultad. No volvió en el tren nocturno del 10 de mayo. Tal vez no se arregló nada todavía. No volvió el 11 de mayo. Tampoco volvió el 19 o 20 de mayo. Mientras no vuelva a Shanghái, mi corazón no está en paz porque no sé si se arregló el asunto o no. La deuda se arregló el 10 de mayo, pero ya es 20 de mayo y aún no he recibido noticias. Mientras él no vuelva, mi asunto aún no se ha terminado. Todavía me considero deudor, y mi corazón aún está intranquilo. ¿Cuándo se arreglará ese asunto? Sólo cuando él vuelva a Shanghái sabré que el asunto ha sido arreglado. Amigos míos, esto ilustra la resurrección del Señor Jesús. Cuando El murió por nosotros, solucionó el problema del pecado. Tan pronto como murió, el pecado fue tocado. Pero si El no hubiera resucitado, y si no hubiera vuelto, entonces nuestros corazones habrían estado en suspenso; no hubiéramos sabido lo que sucedió. El Señor Jesús pasó por la muerte por nosotros. Pasó por el castigo de la ley y la ira de Dios por nosotros (Gá. 3:13). Pero si el Señor Jesús no hubiera vuelto, no habríamos sabido si la obra estaba terminada. No habríamos sabido si Dios aceptó la obra del Señor. Por esta razón, el Señor Jesús debe volver. Debe resucitar. Entonces sabremos que la obra está terminada. Alabado sea el Señor. La obra llegó a su conclusión. Si la obra no hubiera arreglado nada, el Señor no habría salido y resucitado. Su resurrección comprueba que el problema de nuestros pecados ha sido totalmente solucionado.
Romanos 4:25 dice: “El cual fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para nuestra justificación”. ¿Por qué el Señor Jesús fue entregado? Por causa de nuestras transgresiones. Si no tuviéramos transgresiones, el Señor no habría tenido que ser entregado. Fue por causa de las transgresiones que el Señor fue entregado al hombre. De la misma manera, El resucitó para nuestra justificación. En griego las dos cláusulas tienen la misma estructura. Jesús fue entregado por nuestras transgresiones y fue resucitado para nuestra justificación. Algunos traductores bíblicos han mal interpretado lo que Pablo dijo. Ellos creyeron que El resucitó para que el hombre fuera justificado. También creyeron que primero está la resurrección del Señor, luego nuestra justificación. Pero Pablo y el Espíritu Santo estaban diciendo que El fue resucitado porque hemos sido justificados. Para dejarlo más claro, el Señor fue resucitado porque ya fuimos justificados. Algunas versiones dicen que la resurrección viene primero, luego la justificación. Pero el Espíritu Santo dice que la justificación viene primero, luego la resurrección. Primero está el asunto de nuestras transgresiones. Luego está la muerte del Señor. De la misma manera, primero está nuestra justificación, luego está Su resurrección. El fue entregado por nuestras transgresiones y fue resucitado para nuestra justificación. Esto significa que la resurrección del Señor Jesús es la prueba de nuestra justificación. Por haber sido justificados, Dios levantó al Señor Jesús. Ya que el Señor ha satisfecho el requisito justo de Dios, El lo resucitó.
Amigos míos, esta noche tengo buenas noticias. Aunque algunos hayan creído en el Señor, aún están en temor y temblor. Sienten como si estuvieran caminando al borde de un precipicio o sobre una fina capa de hielo. Ellos creen que han entregado sus almas, sus vidas y su futuro eterno a la cruz del Señor. Ellos no saben si confiar en el Señor es seguro o no. Si ellos descubren más tarde que esta confianza no resulta en salvación, entonces están en problemas. Yo puedo creer en la cruz de Jesús para la redención de mis pecados hoy. Pero si me falla en aquel día, entonces voy a estar en problemas. Hoy puedo decir que no es un asunto de hacer el bien o de guardar la ley y que todo lo que tengo que hacer es apoyarme en la cruz de Jesús. Pero ¿qué sucederá si Dios dice en aquel día que esto no está bien? ¿Qué haré? ¿Cómo puedo saber hoy en día que la cruz de Jesús es suficiente? Amigos míos, no deben mirar la cruz; no deben preocuparse si la cruz es confiable o no, si está bien o mal. Todo lo que deben mirar es la resurrección del Señor. Si la obra de la cruz del Señor no hubiera sido apropiada o buena, Dios no lo habría levantado. Entonces, El fue resucitado porque nosotros fuimos justificados. Debido a que somos justificados cuando creemos en la sangre de Jesús, el Señor Jesús fue resucitado.
(
Evangelio de Dios, El, capítulo 7, por Watchman Nee)