EL DIOS TRIUNO SE MEZCLA
CON EL CUERPO DE CRISTO
Pablo, en Efesios 4:4-6, enumera siete aspectos de la unidad, a saber: un Cuerpo, un Espíritu, una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo y un Dios y Padre. Estos versículos también hablan de la mezcla misteriosa del Dios Triuno con el Cuerpo de Cristo. Esta mezcla constituye la unidad de los creyentes. El Espíritu que se menciona en el versículo 4, es sin duda el Espíritu compuesto y todo-inclusivo que mora en el Cuerpo y le da vida al Cuerpo. Según 1 Corintios 12:13, el Cuerpo llegó a existir por medio del bautismo efectuado por este Espíritu todo-inclusivo. Después que hemos sido bautizados en un solo Espíritu, debemos seguir adelante y beber de este Espíritu. Esto indica que la existencia del Cuerpo depende del Espíritu vivificante y todo-inclusivo y que, además, el Cuerpo continúa existiendo a medida que bebemos de este Espíritu. Por ejemplo, todo lo que bebemos se mezcla con nuestro ser interior, con nuestra sangre y con cada fibra de nuestros tejidos orgánicos. Lo mismo sucede con el Espíritu vivificante.
En Efesios 4:5 Pablo agrupa un Señor con una fe y un bautismo. Entramos en el Señor por medio de la fe y el bautismo. Tener fe en el Señor significa creer en Él. Por supuesto, ser bautizados en Él equivale a ser puestos en Él. Cuando creímos en Él y fuimos bautizados en Él, llegamos a ser uno con Él; es decir, somos mezclados con Él.
En el versículo 6 Pablo dice: “Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”. Este Dios y Padre está sobre todos de manera objetiva; está por todos de manera parcialmente objetiva y parcialmente subjetiva, y está en todos de manera subjetiva. Por tanto, el Espíritu se ha mezclado con el Cuerpo, el Cuerpo está en el Señor, y el Padre está sobre todos, por todos y en todos. Éste es un cuadro de la mezcla del Dios Triuno con el Cuerpo de Cristo. En esta unidad tenemos una esperanza, la esperanza de nuestra glorificación venidera.
Esta unidad es completamente diferente de la unidad que existe en la cristiandad actual, la cual es simplemente una unidad que se basa en la adición. Dicha unidad de adición puede también llevar a una sustracción. Pero la unidad que se revela en la Biblia es la mezcla del Dios Triuno procesado con Su pueblo elegido. Por tanto, la unidad descrita en las Escrituras es una mezcla de personas, la mezcla de la Persona Divina, el Dios Triuno, con las personas humanas que creen en Cristo. El Dios Triuno que se ha mezclado con nosotros ha pasado por el proceso de la encarnación, el vivir humano, la crucifixión y la resurrección. Esa unidad genuina, que hace referencia a una mezcla tan maravillosa, es la clara revelación dada en Juan 17 y Efesios 4.
(Terreno genuino de la unidad, El, capítulo 7, por Witness Lee)