EL EGOÍSMO Y LA AMBICIÓN CAUSAN DIVISIÓN
No obstante, un día la nación se dividió en dos reinos, el reino del norte, Israel, y el reino del sur, Judá. Jeroboam llegó a ser el rey del reino del norte, y Roboam, el rey del reino del sur. Después que se formó esta división, entró la idolatría. Jeroboam no solamente causó división, sino que también erigió ídolos en Bet-el y en Dan (1 R. 12:29). Jeroboam, después de hacer dos becerros de oro, le dijo al pueblo: “Ya habéis subido bastante a Jerusalén. Aquí están tus dioses, Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto” (v. 28). La fuente de estos ídolos fue la ambición egoísta de Jeroboam, quien estableció otro centro de adoración porque temía perder su reino. En 1 Reyes 12:26-27 dice: “Pero Jeroboam pensó en su corazón: ‘Ahora, la casa de David recuperará el reino si este pueblo sube a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén, porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam, rey de Judá, me matarán a mí y se volverán a Roboam, rey de Judá’”. Para evitar que esto sucediera y para preservar su reino, Jeroboam erigió ídolos en un centro de adoración rival para el pueblo. Esto nos indica claramente que la fuente de esos ídolos era la ambición de Jeroboam.
Tenemos que aplicar este principio a la situación en que se encuentran los cristianos en la actualidad. Las divisiones en el cristianismo son producidas por el egoísmo y la ambición. Debido a que algunas personas ambiciosas desean tener su propio imperio, ignoran lo que Dios eligió. Su ambición es tener su propio reino a fin de satisfacer sus deseos egoístas. En el Antiguo Testamento, Dios eligió un lugar único: el monte de Sión que estaba en Jerusalén. En este lugar se edificó el templo, en el cual estaba el Lugar Santísimo, el oráculo. No obstante, Jeroboam, un hombre ambicioso y egoísta, quien buscaba sólo lo suyo propio, estableció otro centro de adoración. Es posible que algunos defiendan lo que hizo y digan que no estableció un centro de entretenimiento mundano, sino un lugar donde adorar a Dios. Sin embargo, este centro de adoración, de hecho, era para encubrir la ambición de Jeroboam. Hoy en día ocurre lo mismo. Debido a su egoísmo y ambición, muchos líderes cristianos han establecido centros de adoración; aparentemente, para adorar a Dios; pero de hecho, han sido establecidos para satisfacer la ambición de tener un imperio personal. Por tanto, en un sentido muy real, los fundadores de muchos grupos cristianos son los Jeroboams de la actualidad. Los centros de adoración establecidos por estos Jeroboams de hoy son en realidad centros de ambición. Por esta razón, se pueden encontrar “ídolos” en esos lugares.
Según el principio que se encuentra en 1 Reyes 12:26-30, en muchos grupos cristianos se han erigido “ídolos” a fin de atraer y retener a las personas. Estos “ídolos” alejan a las personas de Dios. Jeroboam, siguió el ejemplo de Aarón en el monte de Sinaí, e hizo dos becerros de oro y le dijo al pueblo que éstos eran el Dios que los había sacado de Egipto. Quizás nos preguntemos por qué los hijos de Israel estaban tan ciegos que aceptaron a estos ídolos como Dios. Al ver la situación de lejos, podemos verla claramente. Sin embargo, si hubiéramos estado allí, probablemente habríamos seguido a Jeroboam y habríamos sido uno con él.
Tenemos que entender claramente la situación en que está el cristianismo actual. Si estamos bajo el resplandor de la luz divina, nos daremos cuenta de que en muchos grupos cristianos se han erigido “ídolos” en lugar de Dios. Estos “ídolos” atraen a las personas a esos grupos y después las mantienen allí.
(Terreno genuino de la unidad, El, capítulo 3, por Witness Lee)