NO ELEVAR NADA QUE NO SEA CRISTO
Si estudian la situación en la que está la cristiandad actual, verán que todas las divisiones son cierta clase de elevación. Es bueno enseñar la Biblia, pero el estudio de la Biblia no debe convertirse en un lugar alto que separe al pueblo de Dios. Esto mismo se aplica en cuanto a la práctica de orar-leer. Ustedes pueden considerar que esta práctica es muy provechosa; sin embargo, no deben elevarlo al insistir que todos practiquen orar-leer en las reuniones. Si elevan la práctica de orar-leer, la harán incluso que ésta sea una causa de división. Tenemos que pedirle al Señor que tenga misericordia de nosotros para que no exaltemos nada que no sea Cristo. Si nuestra actitud sigue siendo de elevar nuestras opiniones o preferencias, erigiremos un “lugar alto”, un lugar de división. Esto es lo que sucedió en 1963 entre algunos de los hermanos que querían mantener aquella reunión unificada en Los Ángeles. Los que se oponían a hablar en lenguas elevaban su actitud y preferencias, y los que abogaban por dicha práctica exaltaban las suyas. Ninguno de los dos grupos estaba dispuesto a considerar mis palabras acerca de cuidar el sentir de los demás; más bien, cada uno deseaba hacer su voluntad. Tal deseo los condujo a erigir “lugares altos”.
Todos nosotros, especialmente los jóvenes, debemos aprender a no elevar nada aparte del Señor Jesús. Solamente Él debe ser exaltado. En la vida de iglesia no debemos tener ningún “lugar alto”. En lugar de ello, todos debemos estar en el mismo nivel en el cual exaltamos a Cristo.
(Terreno genuino de la unidad, El, capítulo 8, por Witness Lee)