LA UNIDAD DE DIOS MANIFESTADA
EN LA CREACIÓN
La Biblia revela cuatro grandes hechos o actividades realizados por Dios: la creación, la elección, la nueva creación y la Nueva Jerusalén. En cada uno de estos hechos vemos el asunto de la unidad. Las tres primeras acciones ya fueron realizadas: la creación, la elección de la nación de Israel y la formación de la iglesia como la nueva creación. Por supuesto, la llegada de la Nueva Jerusalén, la ciudad nueva de Dios, ocurrirá en el futuro. Después de la era del milenio, esta ciudad nueva será plenamente manifestada.
Dios hizo una sola creación. Él no creó más de un universo. Además, en este único universo, el hombre es el centro de la creación de Dios. La Biblia claramente revela que Dios creó un solo hombre. Cuando era joven, me preguntaba por qué Dios no creó miles de millones de personas al mismo tiempo. Me parecía que habría sido mucho más sabio que Dios llevara a cabo la obra de creación de esa manera. Por cierto, Dios pudo haber creado simultáneamente miles de millones de seres humanos; sin embargo, no lo hizo así. Por causa de la unidad, Dios creó a un solo hombre: Adán.
Génesis 1:26 dice: “Entonces dijo Dios: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerzan [heb.] potestad’”. Según este versículo, Dios dijo primero: “Hagamos al hombre” y después dijo: “Y ejerzan potestad [heb.]”. Aquí Dios utiliza un pronombre plural para referirse al hombre que había creado a Su imagen. Esto indica que el único hombre que Dios creó, era un hombre corporativo. La intención de Dios no es obtener muchos hombres, sino obtener un solo hombre corporativo, y de esta manera mantener la unidad.
Este mismo principio se aplica a la iglesia hoy. Con respecto a la iglesia, por una parte podemos hablar de la iglesia en una localidad, tal como la iglesia en Anaheim. Por otra parte, también podemos hablar de la iglesia al usar el pronombre nosotros para referirnos a los miembros de la iglesia. Puesto que la iglesia es una entidad corporativa, incluye a todos los creyentes en una localidad. Por tanto, cuando nos referimos a la iglesia, podemos hablar de la iglesia en singular o de nosotros, los creyentes en Cristo, en plural. Esto significa que la iglesia es una entidad corporativa y que nosotros somos la iglesia. Así como la iglesia es una entidad corporativa, así también, según el mismo principio, el hombre creado por Dios era un hombre corporativo.
(Terreno genuino de la unidad, El, capítulo 1, por Witness Lee)