UNA ADVERTENCIA
En 1 Reyes 8 Salomón ofreció una oración maravillosa. Salomón, quien escribió el Cantar de los cantares, era muy profundo en los asuntos espirituales. No obstante, en 1 Reyes 11 vemos que el corazón de Salomón “se había apartado de Jehová, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces y le había mandado sobre este asunto que no siguiera a dioses ajenos” (vs. 9-10). Sin embargo, Salomón “no guardó lo que le mandó Jehová” (v. 10). ¡Hasta donde había caído Salomón! Su caída debe ser una advertencia para nosotros. Si no aceptamos la restricción de Dios, al guardar lo que Él ha escogido, también podemos caer como cayó Salomón. De hecho, ésta ha sido la experiencia de varios santos que una vez estuvieron en el recobro del Señor. Ellos parecían ser muy útiles al Señor en la edificación de la iglesia. En cierta etapa, eran el Salomón actual edificando el templo y escribiendo el Cantar de los cantares. Pero debido a cierta concupiscencia, con el tiempo llegaron a ser divisivos. Erigieron un “lugar alto” para satisfacer su propia concupiscencia. Y he observado que lo mismo ha sucedido tanto en China como en los Estados Unidos.
(Terreno genuino de la unidad, El, capítulo 8, por Witness Lee)