SÓLO UN NOMBRE
Antes de entrar a la vida de iglesia, la mayoría de nosotros adorábamos a Dios en diversos lugares, tipificados por los montes altos, los collados y los árboles frondosos (Dt. 12:2). Éstos eran los lugares en donde los paganos adoraban ídolos. Hoy en día en el catolicismo y en las denominaciones protestantes se pueden hallar ídolos. Es posible que algunos cristianos admitan que existe la idolatría en el catolicismo; sin embargo, insisten en que no se pueden hallar ídolos en las denominaciones. Recordemos las palabras de Moisés en Deuteronomio 12:3 acerca de borrar los nombres. Cada denominación ha adoptado un nombre aparte del nombre de Cristo. Por ejemplo, la denominación Luterana adopta el nombre de Lutero. En principio, tener un nombre aparte del nombre de Cristo es erigir un ídolo. Aquellos que están en las denominaciones pueden argumentar que dichos nombres no son ídolos, sino simplemente un medio para designarlos como grupos cristianos. Sin embargo, utilizar un nombre de esta manera se puede comparar a una mujer casada que toma el nombre de un hombre que no es su marido. ¡Tal práctica es deplorable! En el cristianismo actual, los ídolos pueden encontrarse prácticamente en todas partes, debido a que hay muchos lugares que toman un nombre aparte del nombre de Cristo. Con frecuencia vemos que se erige una capilla u otro edificio usado para propósitos religiosos con el nombre de cierta persona. En principio, esto es un ídolo. Debemos tener un solo nombre: el nombre de Jesucristo.
Según la tipología en Deuteronomio 12:3, debemos destruir todos los lugares y todos los nombres. Además, debemos eliminar todas las prácticas paganas que han sido adoptadas por el cristianismo. No hay lugar para dichas cosas en la iglesia. El libro Las dos Babilonias comprueba que el catolicismo ha asimilado muchos elementos paganos. Por ejemplo, la navidad y la semana santa ambas tienen un origen pagano. Se pueden encontrar características del paganismo no sólo en el catolicismo, sino además en muchas denominaciones. En términos espirituales, debemos destruir todos los lugares, las imágenes y los nombres. Por esta razón, no puede haber reconciliación entre el recobro del Señor y las denominaciones con sus montes altos, collados y árboles para adorar ídolos. Además, nosotros mismos debemos tener cuidado de no tener ningún monte alto, collado o árbol. Debemos tener únicamente a Cristo y solamente debemos reunirnos en el único lugar que Dios escogió para guardar la unidad.
(Terreno genuino de la unidad, El, capítulo 4, por Witness Lee)