Terreno genuino de la unidad, El, por Witness Lee

EL REQUISITO DE DIOS

El terreno de la unidad no se refiere simplemente a una ciudad, una iglesia, sino que es algo mucho más profundo, más rico, más elevado y más completo que sólo esto. Todos debemos aprender que en este universo Dios ha escogido un solo lugar, y ese lugar es la iglesia. Dios exige que vayamos a ese lugar que Él ha escogido. Espiritualmente hablando, debemos destruir todo lugar que no sea la iglesia y todo nombre que no sea el nombre de Cristo. Esto significa que debemos destruir nuestra cultura y nuestro pasado religioso. Por ejemplo, usted nació en cierta región de este país, entonces, necesita destruir la influencia que ese lugar ejerce sobre usted. Es posible que cierta denominación en particular haya sido su trasfondo religioso; mas ahora debe destruir la denominación que está dentro de usted. Los lugares que debemos destruir incluyen nuestra manera de ser, nuestro temperamento y nuestros hábitos. Debemos destruir todo lo que perjudica la unidad del nuevo hombre.

Según Colosenses 3:11, en el nuevo hombre “no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo ni libre; sino que Cristo es el todo, y en todos”. La iglesia con Cristo es el único lugar escogido por Dios. A fin de cumplir lo dicho en Colosenses 3:11, cualquier otro lugar debe ser destruido por completo. Debemos destruir todo lo que no sea la iglesia con Cristo. Simplemente debemos participar de la vida de iglesia y disfrutar de Cristo como las riquezas de la buena tierra. A medida que disfrutamos a Cristo con Dios, seremos plantados en la casa del Señor, creceremos y floreceremos. Ésta es la manera apropiada de llevar la vida cristiana y la vida de iglesia. Éste es el terreno de la unidad.

En este terreno no es posible tener división, puesto que el fundamento de la división ha sido destruido. Nuestro temperamento, manera de ser, características y preferencias naturales han sido todas eliminadas. Nuestra religión y cultura, así como nuestras maneras particulares de hacer las cosas, también han sido destruidas. Habiendo destruido todos estos lugares paganos, simplemente acudimos al lugar escogido por Dios.

La vida de iglesia se ha debilitado debido a que no estamos dispuestos a destruir los lugares paganos. Deuteronomio 12 tiene un gran significado espiritual para nosotros hoy en día. Nos quedan por destruir muchos lugares en nuestra vida y cultura humanas. Debemos destruir todo eso y después ir al único lugar escogido por Dios, el cual es la iglesia. En la iglesia no puede haber nada más que Cristo. Cristo debe ser el todo y en todos. Es fácil decir esto, pero no es fácil practicarlo de una manera definitiva. Sin embargo, no tenemos ninguna excusa para no practicar este principio.

En todo lugar que ha de ser destruido hay una estatua, un símbolo o una imagen. Esto significa que incluso en nuestro carácter o manera de ser, es posible que tengamos tales estatuas, símbolos o imágenes. Por tanto, debemos destruir todos los lugares junto con sus estatuas, símbolos e imágenes. No se debe preservar ningún lugar, sino más bien, debemos destruirlos a todos e ir al lugar escogido por el Señor. Como lo hemos indicado una y otra vez, este lugar es la iglesia. Puesto que hemos venido a la iglesia, ya no debiéramos tener nada que no sea la Persona de Cristo y el camino único de la cruz. De esta manera disfrutaremos a Cristo en la iglesia como la mejor porción del rico producto de la tierra. A medida que disfrutamos a Cristo en la presencia de Dios, este disfrute llegará a ser nuestra adoración, nuestra vida de iglesia e incluso nuestra vida cristiana cotidiana. Entonces creceremos y maduraremos en el terreno de la unidad.

(Terreno genuino de la unidad, El, capítulo 5, por Witness Lee)