UN CUADRO DE LA SITUACIÓN ACTUAL
Los lugares altos eran la fuente de toda clase de maldades. Puesto que los lugares altos representan la división, esto indica que la división es una fuente del mal. Los lugares altos fueron introducidos por causa de la carne y la ambición del hombre. Salomón edificó lugares altos debido a su concupiscencia, mientras que Jeroboam lo hizo debido a su ambición. Por tanto, la concupiscencia y la ambición fueron los factores principales de la edificación de los lugares altos. En términos actuales, la división es el resultado de la carne y de la ambición. En el cristianismo actual hay “lugares altos” en todas partes, debido a que la cristiandad está llena de divisiones. Todos estos “lugares altos” son elevaciones donde se exalta algo en lugar de Cristo. Con esto vemos que la situación en la que se encuentra la cristiandad actual es un cumplimiento claro de la tipología que vemos en el Antiguo Testamento.
En primer lugar, los lugares altos causaron mucho daño a la unidad del pueblo de Dios. Este daño provocó la ira de Dios. Él no pudo tolerar la situación y envió al ejército asirio para que invadiera al reino del norte de Israel; lo cual debió haber servido de advertencia a Judá, el reino del sur. No obstante, aquellos que estaban en Judá continuaron adorando en los lugares altos. Aunque algunos fueron llevados a Egipto por faraón Necao, el pueblo no le hizo caso a esta advertencia. Finalmente, el ejército de Babilonia no solamente conquistó la tierra de Judá, sino que también destruyó el templo y llevó cautivo a muchas personas a Babilonia. Además, los utensilios del templo fueron llevados a Babilonia y colocados en la casa de los ídolos. Así que, el terreno de la unidad no sólo fue dañado, sino que además se perdió por completo.
Éste es un cuadro de la situación que impera entre los cristianos hoy en día. Las denominaciones y los grupos independientes son “lugares altos”; son divisiones. En cada uno de estos “lugares altos” se exalta algo que no es Cristo. Incluso se exaltan y se usan cosas muy buenas y espirituales para causar división.
(Terreno genuino de la unidad, El, capítulo 9, por Witness Lee)