EL ELECTRO REFULGENTE
La intención de Dios no es simplemente incinerarnos y hacernos cenizas. Dios es bueno y tiene un buen propósito. ¿Cuál es Su propósito al soplar sobre nosotros como viento, al cubrirnos como nube y al consumirnos como fuego? La respuesta es que el electro refulgente aparece en medio del fuego. El fuego divino arde con el propósito de que el electro sea manifestado.
La palabra hebrea para electro es muy difícil de traducir. J. N. Darby, en una nota de pie a Ezequiel 1:4 en su versión New Translation, indica que esta palabra hebrea denota “una sustancia desconocida; algunos piensan que es una aleación de oro y plata”. Una versión judía usa la palabra electro. El electro es una aleación de oro y plata. El oro representa la naturaleza de Dios, y la plata representa la redención. Además, la versión King James traduce esta palabra hebrea como ámbar debido a que el color de este metal resplandeciente es el color del ámbar, que se parece al color del oro. El electro no es únicamente oro ni únicamente plata, sino oro mezclado con plata.
En el libro de Apocalipsis podemos ver este mismo principio. Apocalipsis 22:1 habla sobre el trono de Dios y del Cordero. Aquel que está en el trono no es únicamente Dios ni únicamente el Cordero, sino el Dios-Cordero, el Dios redentor. En Génesis 1 Dios era únicamente Dios, pero en Apocalipsis 22 Él es nuestro Dios redentor, nuestro Dios-Cordero. Según Apocalipsis 4:3 Dios, Aquel que está en el trono, “era semejante a piedra de jaspe y de cornalina”. El jaspe, que es verde oscuro, representa a Dios como Dios de gloria en Su rica vida, y la cornalina, que es roja, representa a Dios como Dios de la redención. El hecho de que la apariencia de Dios en el trono sea semejante a piedra de jaspe y de cornalina indica que Dios ya no es únicamente Dios, sino también nuestro Redentor. Estas ilustraciones procedentes de Apocalipsis 22 y 4 nos ayudan a entender el significado que tiene el electro en Ezequiel. Nuestro Dios no es solamente el Ser divino, representado por el oro; Él también es el Dios redentor, representado por la plata. Él ya no es solamente oro, sino que Él es electro, esto es, oro mezclado con plata.
Cuando experimentamos el viento que sopla, disfrutamos la nube que cubre y después pasamos a través del fuego que incinera y consume. El resultado es el electro refulgente, algo resplandeciente, adorable, precioso y placentero. En calidad de electro, el Señor Jesús es Aquel que nos ha redimido y Aquel que lo es todo para nosotros. Él es nuestro Dios, nuestro Cordero, nuestro Redentor, nuestro jaspe y nuestra cornalina. Si consideramos nuestra experiencia espiritual, comprenderemos que Aquel que mora en nosotros hoy es el Dios-Cordero, Aquel representado por el electro.
A los ojos de Dios, antes que fuésemos salvos, éramos personas viles y malvadas, sin nada que fuera honorable o glorioso. ¡Alabamos al Señor por habernos salvado y regenerado! Su viento, Su nube y Su fuego consumidor han hecho posible que nosotros lo tengamos a Él, el Dios redentor, en nuestro ser como electro refulgente. Ahora lo tenemos a Él como tesoro en vasos de barro (2 Co. 4:7); por tanto, hemos llegado a ser un pueblo de honra y gloria. Debemos considerar cuán precioso y honorable es el Cristo que está dentro de nosotros. Como electro dentro de nosotros, Él es el tesoro de valor incomparable. Este tesoro es producto del viento, la nube y el fuego. Cuanto más experimentamos el viento, la nube y el fuego, más el electro pasa a formar parte de nuestra constitución intrínseca, lo cual hace de nosotros personas llenas del Dios Triuno y que manifiestan Su gloria.
Todos necesitamos experimentar más el viento espiritual, la nube que cubre, el fuego que consume y el electro refulgente. Al pasar por esta clase de experiencia, llegamos a ser la visión de la gloria de Dios. En nuestra experiencia tenemos el viento, la nube, el fuego y el electro; entonces, todas las veces que nos reunimos, somos la visión de la gloria del electro al tener un tesoro precioso que brilla y resplandece.
(Estudio-vida de Ezequiel, capítulo 3, por Witness Lee)