LOS DERECHOS, LOS PRIVILEGIOS
Y LA POSICIÓN DEL PUEBLO DE ISRAEL
Ahora debemos considerar los derechos, los privilegios y la posición del pueblo de Israel.
Los elegidos de Dios
Israel era el elegido de Dios, Su pueblo escogido. Por ser Sus elegidos, ellos debían haberse separado de las naciones y ser diferentes a ellas. El principio rector es el mismo tanto con Israel en el Antiguo Testamento como con la iglesia en el Nuevo Testamento.
La vid de Dios
Israel no solamente era el elegido de Dios, sino también la vid de Dios. La vid de Dios tiene por finalidad la realización de la economía de Dios. Juan 15 revela que Cristo es la vid verdadera y que nosotros somos los pámpanos. En su conjunto, Dios y nosotros conformamos la vid por causa de la economía de Dios. A la vid Dios le concede Su rica visitación con el suministro de luz solar, aire, lluvia, nutrientes en el suelo y muchas otras cosas que son necesarias para que la vid crezca y produzca algo.
Esta vid consiste no solamente de seres humanos, sino de seres humanos unidos a la persona divina. Esto significa que la vid es una combinación del Ser Divino con muchos seres humanos. Tal vid tiene por finalidad la economía de Dios y debe producir algo que haga feliz a Dios y haga que la gente se regocije. Como pueblo escogido y elegido de Dios, Israel era la vid de Dios con miras a Su economía. Hoy en día Cristo con la iglesia es la vid de Dios.
En la Biblia, la vid representa al pueblo de Dios que está bajo Su cuidado y está en unión con Él. La vid en Juan 15 está formada por la unión del Cristo glorioso, quien es el Hijo de Dios, con todos aquellos que han creído en Él y le pertenecen. Esta unión redunda en el fluir de la vida divina, y esta vida llega a ser el vino que trae gozo tanto a Dios como al hombre. Por tanto, con la vid tenemos cuatro puntos cruciales: el cuidado que Dios prodiga en Su gracia, la unión de Dios y el hombre, el fluir de la vida divina y la producción de vino para el gozo de Dios y el hombre.
En Su gracia y en Su cuidado por nosotros, los creyentes, Dios nos ha puesto en Cristo (1 Co. 1:30), y ahora Él nos cultiva a fin de que vivamos en unión con Cristo. Él es la vid, y nosotros somos los pámpanos (Jn. 15:5a). Nosotros estamos en Él, y Él está en nosotros. Al permanecer nosotros en Él, la vida divina fluye y lleva fruto, con lo cual son producidas las uvas. A la postre, estas uvas se convertirán en el vino que alegra tanto a Dios como al hombre (Jue. 9:13).
La novia de Dios
Israel también era la novia de Dios, Su complemento, para Su satisfacción. Mientras que la vid guarda relación con el fluir de la vida y la manifestación de la gracia, la esposa guarda relación con el amor y la satisfacción. Dios no quiere estar solo, sino que quiere tener una novia. Génesis 2:18 dice que no es bueno que el hombre esté solo. En tipología, esto significa que no es bueno que Cristo, Dios mismo, esté solo. Cristo desea tener una novia. Según Ezequiel 16 y 23, Israel era la novia de Dios en tiempos del Antiguo Testamento. En la actualidad, la iglesia es la novia de Cristo para Su satisfacción (Jn. 3:29; Ap. 19:7). Lo que satisfará más a Dios y lo que le traerá el mayor placer será la iglesia como Su novia, Su complemento.
El rebaño de Dios
La casa de Israel también era el rebaño de Dios. En el Antiguo Testamento, Dios tenía un rebaño en la tierra que estaba bajo Su cuidado, y este rebaño era Israel. Hoy en día la iglesia es el rebaño de Dios, el cual está bajo Su cuidado (1 P. 5:2).
Un precioso tesoro
Además, el pueblo de Israel fue escogido por Dios a fin de ser para Él un precioso y especial tesoro (Éx. 19:5). ¡Cuán maravillosa es la posición de Israel ante Dios! Ellos eran Sus elegidos, Su vid, Su novia, Su rebaño y Su tesoro. Éstos eran los derechos, los privilegios y la posición del pueblo de Israel.
(Estudio-vida de Ezequiel, capítulo 13, por Witness Lee)