Estudio-vida de Ezequiel, por Witness Lee

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LOS PRERREQUISITOS DE LA COORDINACIÓN

Ahora debemos ver los prerrequisitos de la coordinación.

Experimentar el viento, la nube, el fuego y el electro

Los prerrequisitos de la coordinación incluyen lo relacionado con el viento, la nube, el fuego y el electro. A fin de coordinar con otros cristianos, es imprescindible que pasemos por la experiencia del viento, la nube, el fuego y el electro a fin de que seamos hechos seres vivientes que llevan la imagen del hombre y, en la gracia del Señor, manifiestan a Cristo en Sus cuatro aspectos como hombre, león, buey y águila. Puesto que tenemos las alas de águila, debemos negarnos a nosotros mismos y depender de la gracia y del poder de Dios. También necesitamos las manos de hombre y los pies de becerro. Éstos son los prerrequisitos de la coordinación.

Supongamos que alguien no haya pasado por las experiencias del viento, la nube, el fuego y el electro, pero se llame a sí mismo cristiano. Tal persona no puede participar en la coordinación de los cuatro seres vivientes.

Permitir que el Señor continúe Su obra en nosotros y experimentar la operación de la cruz

Supongamos que otra persona, un creyente genuino en Cristo, sí ha experimentado el viento, la nube, el fuego y el electro, de modo que ha sido hecho un ser viviente. No obstante, esta persona no está dispuesta a permitir que el Señor continúe Su obra en él. Como resultado de ello, él no manifiesta la expresión propia de un hombre, un león, un buey y un águila, y por ende, le es imposible coordinar con otros con miras a la expresión de Dios, el mover de Dios y la administración de Dios. Debido a que este creyente permanece inmerso en sí mismo y debido a que él se expresa a sí mismo en todas sus palabras y acciones, le será imposible coordinar con otros.

No debiéramos pensar que es fácil para nosotros expresar, manifestar en nuestro vivir, las caras de un hombre, un león, un buey y un águila. Esto requiere haber tenido mucha experiencia de la operación de la cruz. Hoy en día, si bien muchos hermanos y hermanas han experimentado el viento, la nube, el fuego y el electro, todavía no están dispuestos a permitir que la cruz opere en ellos. Por tanto, ellos carecen de la expresión propia de los cuatro seres vivientes.

En lugar de tener la expresión de un águila en su vida diaria, algunos creyentes tienen la expresión de algo que se arrastra. Efesios 4:26 dice: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestra indignación”. Airarse no es pecado, pero cuando hay ira existe la posibilidad de que se cometa pecado. No debemos continuar en nuestro enojo; más bien, debemos desistir de ello antes que se ponga el sol. Sin embargo, cuando ciertos hermanos y hermanas se enojan, no quieren renunciar a ello. Debido a que no vencen su enojo y no renuncian a dicho sentimiento, ellos adquieren la expresión de algo que se arrastra, y no la expresión de un águila.

Ocurre lo mismo con aquellos creyentes que no están dispuestos a perdonar a quienes les han ofendido. Hay ciertos hermanos y hermanas que una vez se sienten ofendidos por algo que les dijeron o algo que fue dicho acerca de ellos, se rehúsan a perdonar tal ofensa. Es posible para tales personas vivir el resto de sus días sin perdonar a quienes les ofendieron. Los creyentes que no están dispuestos a perdonar las ofensas recibidas ciertamente carecen de las alas de águila y no pueden coordinar con los demás santos. Aquellos que no aceptan la operación de la cruz ni disfrutan de la gracia no pueden participar de la coordinación de los cuatro seres vivientes.

Hay también algunos hermanos y hermanas que son reacios a abandonar y olvidar cosas tales como su educación, sus riquezas o su carrera profesional. Por tanto, ellos tampoco tienen la expresión propia de un águila, sino la de algo que se arrastra. Sin embargo, la persona que disfruta de la gracia estimará como pérdida cosas tales como su carrera o su educación (Fil. 3:7). Aun si tuviera un doctorado, lo considerará como basura (v. 8). Debido a que él está dispuesto a recibir la operación de la cruz y debido a que disfruta de la gracia, tiene las alas de águila y puede coordinar con otros.

Los hermanos y hermanas que no conocen la gracia y el poder de Dios, sino que hacen todas las cosas en sí mismos y con su habilidad y destreza natural, no pueden coordinar con otros. Aquellos que pueden coordinar son los que se niegan a sí mismos, se rechazan a sí mismos, se consideran como nada y ponen su confianza en la gracia, poder y obra de Dios en todo y para todo. Éstos pueden coordinar fácilmente con otros. En realidad, ellos no tienen que esforzarse por coordinar, sino que coordinan espontáneamente y sin hacer esfuerzo debido a que están en Dios, no en sí mismos. Quienes están en sí mismos no pueden coordinar, pero quienes están en Dios pueden coordinar con facilidad.

(Estudio-vida de Ezequiel, capítulo 8, por Witness Lee)