EL LIBRO DE EZEQUIEL ES PARALELO
AL LIBRO DE APOCALIPSIS
La Biblia revela que una historia misteriosa se viene desarrollando en el universo: una historia en la que están involucrados Dios y el hombre. En esta historia Dios entra en el hombre para ser la vida del hombre, con lo cual hace que el hombre posea Su naturaleza y Su gloriosa imagen. Por último, en la naturaleza divina, Dios y el hombre serán juntamente edificados para constituir el lugar donde Dios halle descanso. Como resultado de esta edificación, Dios y el hombre tendrán una unión completa. Ésta es la misteriosa historia de vida que se desarrolla entre Dios y el hombre.
Aunque la Biblia entera relata esta misteriosa historia de Dios y el hombre, hay dos libros que prestan particular atención a esta historia. Estos libros son Ezequiel y Apocalipsis. Ambos dicen que Dios es vida para el hombre, ambos hablan sobre el Espíritu de vida, el fluir del agua de vida y el pueblo de Dios, el cual posee la gloriosa semejanza de Dios y llega a ser Su morada. Ambos libros culminan con una visión de Jerusalén, y ambos libros nos muestran que el pueblo de Dios es conjuntamente edificado no solamente para ser morada de Dios donde Él halle descanso, sino también para ser Su complemento corporativo que lo satisfaga.
Los libros de Ezequiel y Apocalipsis son paralelos entre sí. Si hemos de entender Ezequiel, necesitamos Apocalipsis; y si hemos de ver algo en el libro de Apocalipsis, debemos entender lo revelado en Ezequiel. Por tanto, es de mucha ayuda considerar estos libros juntos. Si leemos Ezequiel y Apocalipsis juntos, veremos que son muy similares con respecto a muchos asuntos. Los puntos principales en estos dos libros son casi idénticos.
Visiones relacionadas con la vida
La primera similitud es que ambos libros comienzan con visiones. Tanto Ezequiel como Juan vieron visiones, y las visiones vistas por ellos se relacionan principalmente con la vida. La Biblia nos habla acerca de la vida. En los libros de Ezequiel y Apocalipsis no solamente tenemos el término vida, sino también visiones que presentan lo que es la vida y cómo la vida opera en nuestro ser así como entre nosotros. En ambos libros no solamente tenemos una descripción de la vida, sino también visiones que nos muestran este asunto de la vida.
El fluir del agua viva
En toda la Biblia, los libros que hablan con mayor claridad sobre el hecho de que Dios mismo fluye como vida son Ezequiel y Apocalipsis. Ezequiel y Apocalipsis nos muestran el fluir del agua viva. Ezequiel 47:1 habla del río que fluye procedente de la morada de Dios. El versículo 9 dice: “Todo aquello adonde llegue este río vivirá”, y el versículo 12 dice: “Junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles para comida. Sus hojas no se marchitarán ni faltará su fruto, sino que cada mes darán nuevo fruto, porque sus aguas fluyen del santuario. Y su fruto será para alimento, y sus hojas para sanar”. En Apocalipsis 22:1-2 vemos el río de agua de vida que sale del trono de Dios y del Cordero: “Me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la calle. Y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones”. Así pues, tanto en Ezequiel como en Apocalipsis tenemos un río que fluye procedente de Dios con el suministro de vida.
Visiones de Jerusalén
El asunto principal que Ezequiel y Apocalipsis tienen en común es que ambos libros nos dan una visión de Jerusalén. Ezequiel concluye con una visión de Jerusalén, y así también lo hace Apocalipsis. Estos dos libros, que concluyen con una visión de Jerusalén, nos dicen que Dios se ha propuesto entrar en nuestro ser como vida de modo que tengamos Su naturaleza e imagen a fin de que, en Su naturaleza con Su imagen, los que le tenemos a Él como nuestra vida podamos ser conjuntamente edificados en calidad de ciudad santa con miras a ser la morada de Dios por la eternidad. Éste es el mensaje central tanto de Ezequiel como de Apocalipsis. Por tanto, el mensaje del libro de Ezequiel es el mismo que el del libro de Apocalipsis.
(
Estudio-vida de Ezequiel, capítulo 1, por Witness Lee)