Cristo crucificado, El, por Witness Lee

Más extractos de este título...

A DIOS LE FALTA LA COOPERACIÓN DEL HOMBRE EN LA TIERRA

¿En qué consiste esta ley? Muchos santos de entre nosotros han estudiado electricidad. Conforme a las leyes de la electricidad se requieren dos cables para que se transmita la electricidad: el cable que suministra la energía y el cable por el que regresa la electricidad. Únicamente cuando estos dos cables están conectados la electricidad puede transmitirse. Si únicamente tenemos el cable que suministra la electricidad pero no el cable por donde ésta regresa, la electricidad no podrá ser transmitida. Quizás se pregunten: “¿Por qué existe esta ley?”. No lo sé. Ni siquiera los electricistas pueden darles una explicación adecuada. No obstante, ellos descubrieron que para que la electricidad pueda ser transmitida se necesita un cable que suministre la electricidad y otro por donde ésta regrese. Las cosas de la tierra son un reflejo de las cosas que están en los cielos. El Espíritu de Dios no puede ser transmitido a la tierra, porque hace falta el “cable que envía la corriente de regreso”, es decir, hacen falta hombres en la tierra que cooperen con Él. Aunque Dios no tiene ningún problema en los cielos, sí tiene problemas en la tierra, porque aún no ha podido obtener un grupo de personas en la tierra que cooperen con Él.

En Mateo el Señor nos enseñó a orar, diciendo: “Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (6:10). Esto indica que no hay ningún problema con que la voluntad de Dios se haga en el cielo, pero sí hay problemas para que ésta sea hecha en la tierra. El hombre representa un gran problema que impide que se haga la voluntad de Dios, pero casi nadie se percata de ello. Es por ello que son muy pocos los que oran: “¡Oh Dios! Por favor, envíame a mí”. En determinada época y lugar puede ser que sólo haya una persona dispuesta a responder al llamado de Dios. Sin embargo, aunque sólo haya una persona que esté dispuesta a atender la necesidad de Dios, a laborar juntamente con Él y a doblar sus rodillas para orar, dicha persona será un canal para el cielo. Todas las bendiciones celestiales, el poder, la gracia e incluso Dios mismo, se transmitirá a la tierra por medio de esa persona. Entonces el mundo podrá recibir la gracia de Dios, obtener la bendición de Dios y conocer a Dios mismo por medio tal persona.

¿Es este asunto difícil o problemático? Para Dios este asunto no es difícil ni representa en absoluto un problema para Él. Las dificultades y problemas residen en nosotros. Nuestro corazón, nuestro entendimiento, la manera en que respondemos y recibimos, así como también nuestra oración, son insuficientes. Es por eso que, en palabras sencillas, Dios nos dice que si no laboramos juntamente con Él, si no oramos, si no le recordamos lo que hay que hacer, Él descansará. ¿Entienden lo que eso significa? Significa que Él tiene un trabajo por hacer, pero no podrá hacerlo. Si logra hacerlo o no, dependerá de nuestra disposición para orar y de recordarle lo que hay que hacer. Si le oramos y le recordamos, Él obrará, pero si no oramos ni le recordamos, Él no obrará.

Hoy en día el Señor ha sido muy misericordioso con nosotros al concedernos un ambiente tan pacífico y personas que tienen tanta hambre y sed por la salvación. Sin embargo, los que han sido salvos son muy pocos en número, el evangelio no ha sido difundido ampliamente y en muchos lugares aún no hay iglesias. ¿Será que el Señor no está dispuesto a salvar a las personas? ¿Será posible que a Él no le agrada salvarlas? Si conocemos a Dios y nos interesa satisfacer el deseo que está en Su corazón, comprenderemos que por mucho tiempo Dios ha estado listo y ha estado esperando a que el hombre responda a Su llamado. En otras palabras, el “cable que suministra la corriente” ya está allí, pero aún falta el “cable que envía la corriente de regreso”; es por ello que no hay electricidad ni luz en este lugar. ¿Cuál es el “cable que envía la corriente de regreso”? Es usted y yo. Nosotros hemos retrasado muchas de las obras de Dios y no hemos salvado a muchas almas a tiempo. Si nos interesásemos más por Dios y orásemos más, muchas más almas serían salvas.

Hoy en día la salvación de Dios parece que no tuviera poder, y el evangelio no parece ser el poder de Dios porque muy pocos son salvos. ¿Es está una falla o un problema del cielo o de la tierra? ¿Dónde reside el problema, en Dios o en nosotros? Si realmente conocemos a Dios, veremos que todos los problemas y obstáculos se encuentran en usted y en mí. Si no nos interesa la necesidad de Dios, si no buscamos a Dios ni laboramos juntamente con Él, si no oramos a Dios ni le recordamos de Su obra, Él no podrá hacer nada. ¿A qué se debe esto? A que Dios jamás puede hacer nada que vaya en contra de Su principio. Si Él no puede encontrar un hombre y si no hay nadie que labore con Él, le será imposible llevar a cabo Su obra en la tierra. Aunque Él desea laborar y puede hacerlo, carece de una base para empezar Su obra. ¿Por qué? Porque no hay nadie que coopere con Él.

(Cristo crucificado, El, capítulo 7, por Witness Lee)