Cristo crucificado, El, por Witness Lee

Más extractos de este título...

EL TESORO ESTÁ EN VASOS DE BARRO

Si pensamos que creer en Jesús simplemente significa obtener paz, gozo y bendición, entonces únicamente conocemos el aspecto externo del tesoro. Por ejemplo, supongamos que usted va a una joyería para comprar un diamante, y el vendedor pone el diamante en una cajita muy bonita. Cuando sus hijos ven este empaque, ellos quieren la cajita pero no le prestan atención al diamante que está adentro. Lo mismo nos sucede a muchos de nosotros con respecto al conocimiento que tenemos de la salvación. ¿Por qué creemos en Jesús? Creemos en Jesús porque queremos evitarnos sufrimientos y tener paz y seguridad; en otras palabras, lo único que queremos es la cajita hermosa, pero no hemos visto el diamante que está adentro. En 2 Corintios 4:7 Pablo dijo: “Tenemos este tesoro en vasos de barro”. ¿Cuál es este tesoro? Este tesoro es Cristo mismo, Dios mismo.

El pensamiento central de todo el Nuevo Testamento es que el Dios Triuno vive en nosotros y nosotros en Él. El Espíritu Santo está en nosotros, Cristo está en nosotros, Dios está en nosotros, y nosotros estamos en el Dios Triuno. Así que, el pensamiento central del Nuevo Testamento nos muestra que los que hemos sido salvos, tenemos a Dios en nosotros. Es cierto que Dios nos da paz, gozo y bendiciones, pero todas éstas son cosas externas. El contenido intrínseco de la salvación de Dios es Dios mismo, es Cristo mismo. Él es el tesoro que está en nosotros, los vasos de barro.

(Cristo crucificado, El, capítulo 3, por Witness Lee)