CRISTO ES FORMADO EN NOSOTROS
Gálatas 4:19 dice: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”. Una vez que alguien es salvo, tiene a Cristo morando en él; con todo, Cristo aún no ha sido formado en él, debido a que tiene muy poco del elemento de Cristo. A pesar de que hemos sido salvos, es posible que en estos momentos aún no tengamos mucho de Cristo en nosotros. Algunos quizás fueron salvos hace diez o veinte años. Están llenos de doctrinas, pues saben acerca de Adán, Eva, Abraham, Isaac y Jacob. Si uno les pregunta acerca del libro de Génesis, dirían que es un libro que nos habla de la creación de Dios. Si les preguntamos sobre el libro de Apocalipsis, dirán que habla de los siete sellos, las siete trompetas y las siete copas. Tal vez sepan más que usted. Sin embargo, no tienen mucho del elemento de Cristo en su interior. Tales creyentes son solamente salvos, pero Cristo aún no ha sido formado en ellos.
Algunos de nosotros llevamos más de veinte años de estar en la iglesia. Hemos escuchado muchas doctrinas, somos fervientes y también amamos al Señor, pero internamente el elemento de Cristo no ha aumentado mucho en nuestro ser. Muy poco del elemento de Cristo está presente en nuestro juicio y en nuestras conversaciones. ¿A qué se debe esto? A que sólo tenemos una medida muy pequeña de Cristo en nosotros y a que Cristo no ha crecido ni ha sido formado en nosotros. Es por ello que Pablo dijo que volvía a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo fuera formado en los creyentes.
Si entendemos esto y lo vemos, nos postraremos delante de Dios y diremos: “Oh Dios, ten misericordia de mí. Hasta el día de hoy no tengo mucho de Cristo en mí. El sentir que tengo de Cristo es muy poco en mi vivir, en mis inclinaciones, en mi vida diaria y en mis actitudes. En todos estos aspectos tengo muy poco del elemento de Cristo. Cristo aún no ha sido formado en mí y tengo tan sólo una pequeña medida de Cristo”. Entonces, ya que tenemos una medida tan pequeña de Cristo en nosotros, ¿cuáles son las otras cosas que están dentro de nosotros y nos ocupan? Ellas son el yo, el mundo, nuestras preferencias, nuestros pecados, nuestra bondad, nuestra mansedumbre y nuestro temperamento. En breve, dentro de nosotros tenemos cosas que son tanto buenas como malas. Muchas cosas que no son Cristo nos ocupan y no dejan ningún lugar para Cristo.
Por esta razón, Pablo dijo a los gálatas: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”. El problema con respecto a los gálatas no era que ellos amaban al mundo o anhelaban pecar. Su problema era que ellos habían vuelto su atención a otras cosas que no eran Cristo. Ellos prestaban atención a sus buenas obras que podían hacer por ellos mismos. Puesto que dependían tanto de sí mismos, dejaron muy poco lugar para Cristo. Esto no quiere decir que esté mal hacer buenas obras, sino que cuando usted depende tanto de usted mismo, Cristo se queda sin el lugar y sin la oportunidad de ganar su tiempo y espacio a fin de ganar más terreno en usted. Como resultado, Él aún no se ha formado en usted.
(Cristo crucificado, El, capítulo 2, por Witness Lee)