Cristo crucificado, El, por Witness Lee

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LA REALIDAD ESPIRITUAL ES CRISTO

La realidad de la iglesia es Cristo, y la realidad espiritual también es Cristo. Sin Cristo, una persona carece tanto de la realidad de la iglesia como de toda realidad espiritual. En todas nuestras experiencias espirituales —ya sea la experiencia de creer en el Señor y ser salvos, ser bautizados en el Señor o partir el pan en memoria del Señor— tenemos contacto con Cristo mismo y ganamos más de Él. Si una persona cree en el Señor pero no gana a Cristo, su acción de creer es vana. Si una persona es bautizada pero no experimenta una unión con Cristo, su bautizo también es vacío. De igual manera, si una persona parte el pan en memoria del Señor pero no gana ni disfruta nuevamente al Señor, su práctica de hacer memoria del Señor no tiene ningún valor a los ojos del Señor. Esto se debe a que la verdadera manera de recordar al Señor consiste en recibir al Señor en nosotros a fin de ganarle y disfrutarle. Cuando rendimos nuestra adoración y servicio al Señor, debemos ganar y disfrutar al Señor mismo.

El vivir y obra espiritual de un cristiano debe consistir enteramente en experimentar a Cristo mismo. Aparentemente, Cristo desea que nosotros le adoremos, le sirvamos y laboremos para Él. En otras palabras, pareciera que lo que Él desea de nosotros es que hagamos algo para Él. Sin embargo, en realidad, Él desea que nosotros le disfrutemos, le experimentemos y le ganemos. Si una persona realmente sabe lo que significa predicar el evangelio, mientras predica, experimentará a Cristo, ganará más de Él y lo disfrutará. Aunque esté predicando el evangelio a otros, y aunque predique el evangelio para el Señor, mientras predica estará disfrutando y experimentando a Cristo y ganando más de Él.

(Cristo crucificado, El, capítulo 11, por Witness Lee)