Cómo reunirnos, por Witness Lee

ALGUNOS EJEMPLOS REALES Y PRÁCTICOS

Después de haber examinado el libro de Mateo, ahora debemos considerar el libro de Hechos. Hechos 2 nos dice que en los primeros días de la iglesia los creyentes de Jerusalén se reunían por las casas. Ellos partían el pan de casa en casa (v. 46) debido a que había un gran número de creyentes entre ellos. En un solo día ellos experimentaron un aumento repentino de tres mil creyentes nuevos (v. 41), y otro día se añadieron otros cinco mil (4:4), lo cual representaba un total de más de ocho mil creyentes. Ciertamente era muy difícil que todos ellos pudieran reunirse en un solo lugar, y resultaba más conveniente para ellos reunirse en sus hogares. Sin embargo, tenemos que comprender que todas estas reuniones en los hogares formaban parte de la única iglesia en Jerusalén. Lo que ellos hacían en sus reuniones era simplemente llevar adelante lo que la iglesia en Jerusalén se proponía hacer y había decidido hacer. Ellos no estaban aislados de la iglesia, ni tampoco se reunían sin ser parte de la iglesia en su localidad, la cual constituía tanto su entorno como la base de su posición. Esta situación real y práctica corresponde exactamente con lo dicho por el Señor en Mateo 18. Aquí y allá, en este hogar y en muchos otros, ellos eran miembros de una sola iglesia y, como tales, ellos no se reunían de manera aislada ni separados de la iglesia, sino en plena relación con la iglesia local en Jerusalén. Todas esas reuniones de hogar no eran reuniones independientes, sino reuniones de la única iglesia local. Ellos se reunían en sus hogares para celebrar la reunión de la mesa del Señor (2:46), para predicar el evangelio (5:42) y para orar (12:12). Cuando Pedro fue liberado de la prisión, él fue a la casa de María, donde muchos se habían reunido para orar. Aquella reunión no era la reunión de toda la iglesia; no obstante, ella formaba parte de la iglesia en Jerusalén. Esa reunión mantenía la posición de la iglesia en Jerusalén, y en ella la oración de los santos llevaba adelante lo que dicha iglesia había decidido. No se trataba de una reunión aislada. He aquí la manera apropiada de reunirse.

Hechos 8:1 nos dice que aunque había tantas reuniones en Jerusalén, solamente había una sola iglesia, la iglesia en Jerusalén. Luego en el capítulo 21 de Hechos vemos algo más. El versículo 20 de dicho capítulo nos dice que para entonces el número de creyentes que había en Jerusalén llegaba a las decenas de millares. No solamente había ocho mil, o nueve mil, o diez mil, sino decenas de millares. No se nos dice el número de ancianos, ¿pero habían notado que en el versículo 18 de este mismo capítulo se da a entender que en la iglesia en Jerusalén había un solo ancianato? Este versículo nos dice que Jacobo era uno de los ancianos en Jerusalén y que se hallaban reunidos todos los ancianos. En toda Jerusalén, donde había decenas de millares de creyentes, únicamente había una sola iglesia con un solo ancianato. Había miríadas de hermanos y hermanas que se reunían en muchas reuniones de hogar; no obstante, había una sola iglesia y un solo ancianato.

Recientemente recibí una carta de un santo que me preguntó cómo es posible que solamente haya una sola iglesia en una gran ciudad en la que hay muchos santos. También he visto una carta escrita por un predicador muy famoso quien dijo por escrito que él no estaba de acuerdo con este asunto de que solamente debe haber un solo ancianato en una determinada ciudad. Hermanos y hermanas, realmente no nos importa lo que la gente diga; lo único que nos importa es lo que dice la Biblia. ¿Se habían percatado de todos estos versículos del libro de Hechos? Había miríadas de creyentes en Jerusalén, y ellos se reunían en muchos hogares, pero todos ellos estaban sujetos a un solo grupo de ancianos. Si leen el libro de Hechos, verán que toda decisión tomada por este único grupo de ancianos era acatada por todos los creyentes, porque todos ellos conformaban una sola iglesia. Hechos 8:1 hace referencia a “la iglesia que estaba en Jerusalén”. ¿Por qué debo recalcar tanto este asunto? Porque es un asunto fundamental para el tema de las reuniones. Con respecto a las reuniones, lo primero que tenemos que atender es que nuestras reuniones formen parte de la iglesia local. Tenemos que reunirnos manteniéndonos sobre la posición de la iglesia y llevando a cabo lo que la iglesia se haya propuesto realizar. Es posible que entre nosotros haya muchas reuniones de hogar. Anhelo ver en la ciudad de Los Ángeles más de cien reuniones de hogar; pero todas ellas deberán conformar una sola iglesia bajo un solo ancianato.

En la ciudad de Taipéi, en la isla de Taiwán, existe un ejemplo real de esto en la actualidad. En aquella ciudad hay una sola iglesia, la iglesia en Taipéi, con miles de creyentes y más de sesenta reuniones de hogar; pero todos ellos están bajo un solo ancianato. Todas esas reuniones de hogar no están aisladas ni son independientes entre sí; más bien, están plenamente relacionadas entre sí y con la única iglesia que hay en esa ciudad. Lo primero de lo cual tenemos que preocuparnos en cuanto a nuestras reuniones es que nos reunamos de este modo. Es al mantener tal relación con la iglesia local que podremos estar en lo correcto. Éste es un asunto fundamental.

(Cómo reunirnos, capítulo 1, por Witness Lee)