JESÚS EN HEBREOS
El capítulo 1 nos dice que Jesús es uno que posee divinidad: Él es llamado el Hijo de Dios y es incluso Dios mismo. El capítulo 2 nos dice que Jesús es un hombre genuino, pero un hombre que ahora está coronado de gloria y de honra. Tal hombre ha sido probado por muchos sufrimientos y es ahora nuestro gran Sumo Sacerdote. En el capítulo 3 vemos más aspectos de lo que este Jesús es. Él es el Apóstol enviado a nosotros por Dios y el Sumo Sacerdote que va a Dios en representación de nosotros. Él vino a nosotros como Apóstol y retornó a Dios como Sumo Sacerdote. Podríamos ver muchos más aspectos de esta persona en los capítulos 4, 5, 6, 7 y 8, etc. En cada capítulo encontramos algo. ¡Oh, este Jesús es maravilloso! Así pues, la expresión por medio de Él en el capítulo 13 tiene un significado muy vasto. Esta expresión quiere decir que le hemos experimentado, que hemos pasado a través de Él, a través del Jesús descrito en los trece capítulos de este libro de importancia superlativa. Si no son “por medio de Él”, nuestras alabanzas a Dios jamás podrían ser aceptables y carecerían de significado. Tenemos que ofrecer nuestras alabanzas “por medio de Él”. En otras palabras, debemos componer nuestras alabanzas por medio de Él, debemos componerlas con Él y ellas deben tener como elemento constituyente nuestras experiencias de Él. Le disfrutamos como Aquel descrito en el capítulo 1 de Hebreos, le disfrutamos como Aquel presentado en el capítulo 2, y le experimentamos y pasamos a través de Aquel que es revelado en el capítulo 3, y así sucesivamente. Entonces habremos obtenido muchas letras y palabras de Cristo; poseeremos este vocabulario, no solamente en nuestra mente, sino también en nuestra experiencia, a partir de lo cual podremos componer alabanzas al Padre. Éste es el significado correcto de la expresión por medio de Él. Por medio de Él ofrecemos nuestras alabanzas al Padre. Éste es el fruto de labios que confiesan Su nombre. Confesamos Su nombre no por la predicación ni la enseñanza, sino por la alabanza.
Debemos considerar estos tres pasajes juntos: 1) Cristo está en medio de la iglesia cantando himnos de alabanza al Padre, 2) no debemos descuidar el reunirnos juntos, sino que debemos tener el hábito de reunirnos; y 3) por medio de Él tenemos que ofrecer alabanzas a Dios. Cuando conjugamos estos tres pasajes, obtenemos el concepto apropiado concerniente a las reuniones cristianas.
(Cómo reunirnos, capítulo 15, por Witness Lee)