Cómo reunirnos, por Witness Lee

CANTA EN NUESTRO CANTAR

La respuesta es ésta: cuando cantamos al Padre, Jesús canta desde nuestro interior. Ahora es cuando Hebreos 2:12 se cumple. Cuando cantamos un himno al Padre, Jesús, el Primogénito entre muchos hermanos, canta en nuestros cánticos. Es de este modo que Él canta alabanzas al Padre en medio de la iglesia. Él canta cuando nosotros cantamos.

Pero aquí encontramos un problema: ¿están ustedes seguros que siempre que cantan en la iglesia Cristo canta en su cantar? Cuando ustedes dicen: ¡Amén!, ¿Cristo también dice: ¡Amén! en vuestro interior? ¿Están ustedes seguros de que cuando ustedes dicen: ¡Aleluya!, Cristo también dice: ¡Aleluya! en vuestro aleluya? Si no pueden responder afirmativamente, entonces tengo que instarles a cerrar la boca. No vuelvan a decir: ¡Aleluya!, a menos que tengan la certeza de que al hacerlo es el Señor Jesús, quien, dentro de ustedes, dice: ¡Aleluya!

¿Piensan ustedes que al decirles esto estoy atando sus aleluyas? Sí, ato lo que ya ha sido atado y desato lo que ya ha sido desatado. No estoy de acuerdo con la vieja manera propia del cristianismo, pues dicha manera está afectada por la muerte y por la caída del hombre. Tampoco estoy de acuerdo en abusar de nuestra libertad. Es muy fácil para nosotros caer en un extremo o en otro. Por un lado, debemos estar bajo la influencia de fuerzas centrípetas, es decir, aquellas que nos atraen hacia el centro; por otro, también es necesaria la influencia de fuerzas centrífugas, es decir, aquellas que nos alejan del centro. Estas dos leyes nos mantendrán en el equilibrio apropiado. Por un lado, no es correcto tomar el viejo camino que lleva a la muerte, ni tampoco debemos tomar un nuevo camino de liviandad, con lo cual abusaríamos de nuestra libertad dándole mal uso. No estoy tratando de atarlos, más bien quiero liberarlos. Pero tienen que darse cuenta de que toda liberación, toda libertad, tiene que lograrse en el espíritu. Cuando digo: ¡Aleluya!, debo tener la seguridad de que el Señor Jesús dentro de mí también dice: ¡Aleluya! Si el Señor Jesús nos dice internamente: “No estoy de acuerdo con tu ¡aleluya!”, entonces mi aleluya es completamente erróneo. Hoy en día el Señor Jesús es uno con todos Sus miembros.

(Cómo reunirnos, capítulo 13, por Witness Lee)