DEBEMOS REUNIRNOS PARA DISFRUTARLE
¿Qué diferencia existe entre reunirnos con el Cristo resucitado y reunirnos para el Cristo ascendido? Existe una gran diferencia. Nos reunimos con el Cristo resucitado principalmente para disfrutarle. Nuestras reuniones con el Cristo resucitado, quien es el Espíritu vivificante, tienen como propósito primordial inhalarle a fin de poder ser partícipes de algo de Su persona. Consideren todas las reuniones que los discípulos tuvieron con el Cristo resucitado: el aspecto más importante de tales reuniones era que ellos le inhalaban y le ingerían. La noche del primer día del Señor el Cristo resucitado vino a soplar en ellos (Jn. 20:22). Después, a orillas del mar de Tiberias, Él les preguntó: “Hijitos, ¿no tenéis algo de comer?”, y después les dijo: “Venid, comed” (21:5, 12, 15). Al inhalarle y comerle, disfrutamos al Señor. Nos reunimos con el Cristo resucitado, el Cristo presente, a fin de disfrutarle. Este Jesús es tan cercano a nosotros y está tan presente y disponible para nosotros, a fin de ser nuestro disfrute. Él no viene para educarnos, ni para enseñarnos, sino para que le disfrutemos al inhalarle y al comerle. Por supuesto, esto es algo que el cristianismo ha ignorado por completo. Sin embargo, tengo plena certeza de que el Señor recobrará esto y que Él ya comenzó a recobrarlo. Alabado sea el Señor que algunos ya están aprendiendo a reunirse con el Cristo resucitado para disfrutarle. Si no aprendemos esto, nuestras reuniones no tendrían sentido ni propósito. Todos tenemos que aprender a inhalarle y a alimentarnos de Él para nuestra propia satisfacción. Tarde o temprano, el Señor mostrará esto claramente a todas las iglesias locales. Entonces desecharemos nuestra vieja manera de reunirnos: ya no tendremos meramente doctrinas ni ministerio; simplemente inhalaremos, comeremos y disfrutaremos a Cristo.
(Cómo reunirnos, capítulo 7, por Witness Lee)