LOS MÉTODOS SON INEFICACES
Esto no es cuestión de aprender ciertos métodos; los métodos son ineficaces para esto. En cierto lugar en este país escuché lo siguiente: “Cuando comenzamos a reunirnos por primera vez, todas las personas que asistían a la reunión estaban sentadas mirando en una sola dirección. Después supimos que la iglesia en Los Ángeles hacía que las personas se sentaran de manera concéntrica procediendo de cuatro direcciones, así que cambiamos el arreglo de las sillas y las pusimos de esa misma manera. Pero entonces comprendimos que cuando las personas estaban sentadas mirando en una sola dirección, la muerte se propagaba en esa única dirección, mientras que ahora, habiendo cambiado el arreglo de las sillas, la muerte se propaga en cuatro direcciones en las reuniones. Por tanto, no imiten de este modo a Los Ángeles”. Ellos tienen razón. No sigan métodos, éstos no funcionan. Si hemos de hablar algo por Cristo, tenemos que vivir por Cristo. Nuestra vida de reuniones depende de esto.
En los primeros años de mi vida cristiana yo pertenecía a un grupo en el cual los queridos santos no sabían hacer otra cosa que estudiar la Biblia de una manera literal. No puedo decirles cuánto tiempo ellos pasaban estudiando las Escrituras simplemente según la letra de la Palabra. Siempre que se reunían, era nada más para discutir con respecto a la letra de la Palabra. Supongamos que nosotros fuésemos de esa clase de personas, ¿piensan que cuando nos reunamos podríamos hablar algo por Cristo? Nos resultaría imposible. Si no tenemos nada de Cristo, ¿cómo podríamos decir algo por Cristo? Apenas podríamos hablar sobre la letra de la Biblia. También conocí a otro grupo de cristianos que eran muy hábiles cuando se trataba de pelear entre sí usando versículos de la Biblia. Ellos se agredían y acusaban unos a otros usando para ello las Escrituras. ¿Cómo podrían tales personas hablar algo de Cristo y por Cristo?
(Cómo reunirnos, capítulo 11, por Witness Lee)