Cómo reunirnos, por Witness Lee

SUS APARICIONES PUEDEN TENER UN SENTIDO POSITIVO O NEGATIVO

El Señor primero se apareció a María la magdalena y, aquel mismo día, se presentó ante Pedro. ¿Saben ustedes cuál fue el motivo para ello en cada caso? Mientras que al presentarse ante María la magdalena la razón era positiva, la razón por la cual el Señor se presentó ante Pedro tiene un sentido negativo. Conforme a lo relatado en los cuatro Evangelios, María la magdalena jamás se descarrió; desde que fue salva, ella siguió fielmente al Señor. Ella amaba al Señor, le servía y se había derramado por Él. En la mañana del día la de resurrección, ella fue la primera en llegar al sepulcro vacío y la primera en divulgar tal información. ¿Qué pasó con Pedro? Su historia es diferente. Apenas unos días antes él había negado al Señor tres veces. Ahora él se enteró de que Jesús había resucitado y, junto a Juan, vino a ver el sepulcro vacío. Muchas veces he dicho que nosotros, los hermanos, solemos ser muy conclusivos; una vez que hemos considerado un hecho, simplemente lo admitimos. “El Señor Jesús no está aquí, entonces vayámonos a casa”. Cuando Pedro y Juan vieron el sepulcro vacío, simplemente se fueron. Pero María la magdalena permaneció allí. El hecho de que ella demorase allí es algo positivo, una prueba del amor que ella sentía por el Señor, y fue gracias a que demoró allí que el Señor Jesús se manifestó a ella. Como pueden ver, la razón por la cual el Señor Jesús se manifestó a María tenía, por completo, un sentido positivo. Pero la razón por la cual Él se manifestó ante Pedro tuvo un sentido negativo, pues Pedro se había descarriado. No tenemos un relato de lo que el Señor Jesús le dijo a Pedro, ni tampoco de lo que Pedro le dijo al Señor Jesús, y es mejor que así sea.

Muchas veces hemos tenido esta experiencia: el Señor nos visita, no por alguna razón positiva, sino lamentablemente por una razón negativa. Hay ocasiones en las que Él viene a nosotros, y esto nos causa vergüenza. Sé de algunos casos así; algunos hermanos se fueron a ver una película y mientras regresaban a casa el Señor Jesús se les manifestó. Ustedes saben a qué me refiero. “¿Dónde han estado?”, les dice. ¿Qué podríamos responderle? ¿Dirán acaso: “Señor, fui a ver una película”? A veces, inmediatamente después que uno pierde el control y trata mal a su esposa, el Señor Jesús se nos presenta. En muchas ocasiones el Señor nos visita no por razones positivas, sino por razones negativas. Nos hemos descarriado, hemos negado al Señor, le hemos fallado en muchas cosas. Cuando Él se nos revela de este modo, nos sentimos abrumados por la vergüenza. Aquel día de resurrección, el Señor no solamente se le apareció a María, cuya actitud fue tan positiva, sino también a Pedro, quien tenía una actitud negativa. Cuando tomamos en cuenta el relato completo de todas las reuniones que el Señor tuvo con Sus discípulos después de Su resurrección, podemos ver que este Cristo viviente estaba con Sus discípulos en todo lugar, en todo tiempo, e independientemente de cuál era la situación. Ya sea que uno tenga una actitud positiva o negativa, ya sea que uno haya experimentado una victoria o un fracaso, Él siempre está presente. Él no solamente se apareció a María, sino también a Pedro. Él no solamente se le apareció a quien tenía una actitud positiva, sino también a quien tenía una actitud negativa. ¡Qué maravilloso es el Señor!

(Cómo reunirnos, capítulo 6, por Witness Lee)