Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, por Witness Lee

Más extractos de este título...

EL AGRANDAMIENTO DE CRISTO

En estos capítulos vimos el propósito y plan de Dios, que consiste en forjarse a Sí mismo en nuestro ser, a fin de que seamos edificados como un solo y nuevo hombre. Éste es el Cristo-Cuerpo. Al comienzo de la Biblia, Dios estaba solo, pero deseaba tener un complemento. Nada podía ser este complemento a menos que saliera de Él y regresara a Él. No debemos olvidar jamás que Eva procedió de Adán. Dios no creó un hombre y una mujer; no, Dios sólo creó un hombre, y luego del costado abierto de este hombre fue tomada una parte con la cual Dios edificó una mujer. Dios no creó una mujer, sino que edificó una mujer con la parte que fue tomada del hombre. El hombre fue creado, pero la mujer fue edificada. Para edificar algo se necesita tener siempre un material. La mujer fue edificada con una parte del hombre, la cual fue el material. Eva salió de Adán y regresó a Adán, de quien fue tomada. Entonces los dos llegaron a ser una sola carne.

La iglesia como novia de Cristo procede de Cristo. Cristo en la cruz fue quebrantado, y de Su costado salió sangre y agua. Su sangre nos redime, y mediante el agua, que representa Su vida, se edifica la iglesia. La iglesia debe regresar a Cristo como Su complemento a fin de que ellos lleguen a ser uno. Esto finalmente llega a ser el Cristo-Cuerpo. Debemos entender que Eva no era simplemente una parte de Adán; Eva era el agrandamiento de Adán. Sin Eva, Adán estaba incompleto. En el mejor de los casos, él era sólo la mitad de una unidad completa. Un hombre debe tener una esposa que lo complete. Pero Dios no creó otra mitad para Adán, sino que hizo que éste durmiera y tomó una parte de su costado y con ella edificó una mujer. Entonces Dios le trajo esta parte a Adán, el cual dijo: “Esta vez sí que es hueso de mis huesos, / y carne de mi carne” (Gn. 2:23).

Nosotros no tenemos este concepto. Nuestro concepto es que somos caídos y pecaminosos, y que, por tanto, necesitamos un Redentor, un Salvador. Pero el Nuevo Testamento nos dice claramente que Cristo vino no solamente para ser nuestro Redentor, sino también para ser el Novio (Jn. 3:29). Él vino por una novia, y Su novia fue producida de la misma manera que la de Adán. Jesús fue a la cruz. En un sentido, Él fue crucificado; pero en otro sentido, estaba dormido. Mientras dormía, una parte de Él fue tomada. A través de los siglos, Dios ha usado esta parte para edificar una Eva corporativa. Un día esta Eva corporativa será traída de regreso a Él, y Él dirá: “Esto es hueso de mis huesos, y carne de mi carne. Esto salió de Mí”. Esta parte llega a ser el agrandamiento de Cristo, y éste es el Cristo-Cuerpo. El Cristo-Cuerpo es Cristo agrandado. Adán fue agrandado en Eva, y ahora Cristo está siendo agrandado en la iglesia. Un día el agrandamiento de Cristo estará completo, y aquello será la Nueva Jerusalén.

(Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, capítulo 17, por Witness Lee)