EL EJERCICIO DE LOS DONES
Ahora debemos proseguir a hablar del ejercicio de los dones. Los pentecostales siempre insisten en que se deba tener el ejercicio de los dones en las reuniones. Cuando ellos vienen a nuestras reuniones, lo primero que hacen es fijarse en si se habla en lenguas, con o sin interpretación. También se fijan en si tenemos el supuesto profetizar. Si no tenemos esta clase de cosas en la reunión, ellos dicen que no tenemos el ejercicio de los dones. ¡Pero eso no es cierto! Hoy en las iglesias tenemos mucho más el ejercicio de los dones. Ellos se refieren simplemente al hablar en lenguas, a la interpretación y al profetizar. Pero en nuestras reuniones nosotros tenemos el ejercicio de los dones más que ellos.
En 1 Corintios 12:8-10 el primer don que se menciona no es el hablar en lenguas, sino la palabra de sabiduría. Por muchos años, la palabra de sabiduría ha estado en las reuniones de las iglesias. El siguiente don es la palabra de conocimiento. ¿Alguna vez escucharon ustedes la palabra de sabiduría y la palabra de conocimiento tanto como en las reuniones de la iglesia? Esto no es una jactancia, sino simplemente un hecho. ¿No es esto el ejercicio de los dones? El tercer don que aparece en este pasaje es la fe, y el cuarto es la sanidad. El quinto es obras poderosas, el sexto es el profetizar y el séptimo es el discernimiento de espíritus. Luego, al final, los últimos dos que se mencionan son el hablar en lenguas y la interpretación. Así que, tenemos nueve dones en este pasaje. Los primeros son las palabras de sabiduría y de conocimiento. Esto es lo que nosotros ejercitamos siempre en nuestras reuniones. Nosotros ejercitamos los dones principales.
(Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, capítulo 13, por Witness Lee)