Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, por Witness Lee

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LOS SIETE PASOS QUE PRODUJERON LA INCORPORACIÓN DE DIOS

Ahora quisiera usar otra expresión nueva: este Cristo-Cuerpo es Dios incorporado. Dios ha formado una incorporación con el hombre. La divinidad ahora forma una incorporación con la humanidad. Esto es Dios incorporado. Sin embargo, Dios no podía lograr esto de la noche a la mañana. Esto le tardaría al menos seis mil años. Lo que sí sabemos es que esta incorporación aún no se ha terminado de formar.

A fin de llevar a cabo este enorme proyecto, Él designó a Su Hijo Cristo para que fuese el Ungido. Como Aquel que fue designado y ungido Él dio siete pasos para llevar a cabo esta obra. El primer paso fue la encarnación, el segundo fue la crucifixión, el tercero fue la resurrección, el cuarto fue la ascensión, el quinto fue el bautismo y el séptimo será Su segunda venida. ¿Cuál es entonces el sexto paso? Es el paso de morar en nosotros. En los capítulos anteriores vimos todas las definiciones de estos pasos. La encarnación es la verdadera mezcla de la divinidad con la humanidad. La crucifixión no sólo nos habla de redención, sino también de eliminación. Todas las cosas negativas junto con la vieja creación fueron eliminadas en la cruz. Luego la resurrección es la germinación de la nueva creación. La ascensión es la investidura del Ungido de Dios. Cristo ascendió a los cielos para ser investido en Su oficio. Luego Dios declaró ante todo el universo que Él ha hecho a Su Hijo Señor de todos y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. Después de esto, Él descendió en la forma del Espíritu. En Su investidura Dios el Padre le otorgó todas las funciones y capacidades para que edificara y terminara el proyecto divino de Dios, que es la edificación de la morada eterna de Dios. A fin de hacer esto, Él necesitaba la vida que hace germinar, el Espíritu Santo que reviste de poder y las personas dotadas. El día de Su ascensión Él recibió todas estas cosas. Luego, después de Su investidura, Él regresó en la forma del Espíritu el día de Pentecostés para reunir a todo el pueblo escogido por Dios de entre los hebreos para hacerlos Sus miembros, y los introdujo en Sí mismo bautizándolos en el Espíritu. Después de esto, en la casa de Cornelio, reunió a todos Sus creyentes gentiles y los bautizó en Sí mismo. En la Biblia sólo estas dos ocasiones son llamadas el bautismo en el Espíritu Santo. Por ende, el bautismo del Espíritu Santo fue efectuado una vez para siempre. Es por eso que en 1 Corintios 12:13 leemos: “En un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo Cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”. Todos fuimos bautizados en un solo Espíritu; no necesitamos ser bautizados nuevamente. La encarnación fue efectuada una vez para siempre; la crucifixión fue efectuada una vez para siempre; la resurrección fue efectuada una vez para siempre; la ascensión fue efectuada una vez para siempre; y el bautismo en el Espíritu Santo también fue efectuado una vez para siempre.

(Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, capítulo 19, por Witness Lee)