Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, por Witness Lee

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LAS PROFUNDIDADES DE JESÚS

Los cristianos han visto que el Señor Jesús se encarnó y llegó a ser un hombre, y han visto que Él murió en la cruz por nuestros pecados, fue sepultado, resucitó y ahora está en el tercer cielo a la diestra de Dios. Más aún, ellos creen que Él regresará. Todas estas cosas son ciertas, pero muy básicas.

Por ejemplo, fuera del hombre podemos ver su nariz, sus oídos, sus ojos y su boca. Podemos ver sus dos hombros, sus brazos y sus manos. Es fácil hablar de todas estas cosas, pero éstas no son su verdadera persona, sino apenas el armazón, la parte superficial externa, la estructura, de su ser. Su verdadera persona es algo más. Es fácil ver su estructura externa, pero no es igual de fácil conocer lo que hay dentro de él.

De la misma manera, no debemos pensar que es fácil conocer al Señor Jesús. El Señor Jesús dijo en el Evangelio de Mateo que únicamente el Padre conoce al Hijo: “Todas las cosas me fueron entregadas por Mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (11:27). Sólo el Padre conoce al Hijo, y sólo el Hijo conoce al Padre. No es fácil conocer a Jesús de manera profunda.

¿Qué es lo que realmente hay en Jesús? Esto es un océano muy vasto, profundo, insondable, inconmensurable e ilimitado, pero al menos tenemos algunas expresiones en la Biblia. En un libro, en el Evangelio de Mateo, encontramos muchas expresiones acerca de Cristo. Sin embargo, me temo que la mayoría de los cristianos leen este Evangelio con gafas de color, es decir, lo leen conforme al conocimiento tradicional que recibieron en el pasado. No muchos han visto que Jesús es más que Salomón, más que Jonás y mayor que el templo.

(Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, capítulo 4, por Witness Lee)