Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, por Witness Lee

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UNA VIDA QUE LLEVA LA CRUZ

Otro punto acerca de Cristo que debemos ver es que Él salvó a otros, pero no se salvó a Sí mismo: “De esta manera también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos le escarnecían, diciendo: A otros salvó, a Sí mismo no se puede salvar. Es Rey de Israel; que descienda ahora de la cruz, y creeremos en Él” (27:41-42). A fin de estar calificados para practicar la vida de iglesia, debemos llevar esa misma vida. Nunca se salve a sí mismo. Cuando otros lo pongan en la cruz, permanezca ahí. Ése es el lugar correcto para usted. Deje que los demás digan que usted puede hacer tantas cosas para salvar a otros, pero que no es capaz de salvarse a sí mismo. Usted tiene que decir: “¡Amén!”. Ésta es la vida que lleva la cruz. Podemos salvar a otros, pero no podemos salvarnos a nosotros mismos. Ésta es la vida que lleva la cruz continuamente.

Muchas veces Dios permite circunstancias que nos ponen en la cruz. No debemos intentar escaparnos; debemos permanecer allí. La vida que lleva la cruz es la vida que es apta para la edificación de la iglesia. Muchos esposos no son más que una cruz para sus esposas, y las esposas son cruces emocionales para sus esposos. Muchas veces los esposos son crucificados por las emociones de las esposas. Pero damos gracias al Señor porque tenemos tantas cruces. Los esposos son las cruces de las esposas, y las esposas son las cruces de los esposos. No necesitamos comprar ninguna cruz; pues el Señor nos ha preparado muchas cruces. Deje que otros digan que podemos salvar a otros, pero que no podemos salvarnos a nosotros mismos. Eso es correcto. La vida de Jesús es esta clase de vida. Por medio de Su vida podemos salvar a otros, pero no podemos salvarnos a nosotros mismos.

Pero, alabado sea el Señor, pues la cruz trae consigo la resurrección. Cristo está del otro lado de la cruz, no de este lado. Si permanecemos en este lado de la cruz, nos perderemos a Cristo. Si queremos llegar adonde Cristo está, ciertamente debemos pasar por la cruz. Del otro lado de la cruz, tenemos al Cristo resucitado. Esto es maravilloso.

(Cristo maravilloso en el canon del Nuevo Testamento, El, capítulo 5, por Witness Lee)