EL CUADRO DEL UNGÚENTO COMPUESTO
Este Espíritu es misterioso y glorioso, pero muy difícil de describir con palabras. Es por ello que la Biblia nos provee el cuadro del ungüento compuesto en Éxodo 30. En este capítulo el aceite de oliva representa al Espíritu de Dios, y las cuatro especias representan la humanidad, la criatura de Dios. La mirra, la canela, el cálamo y la casia tienen un significado especial. En la Biblia la mirra representa la dulzura de la preciosa muerte de Cristo, y la canela representa la dulce eficacia de esta muerte. El cálamo representa el poder que levanta, la resurrección de Cristo. La casia se usaba en tiempos antiguos para repeler serpientes. Si juntamos todos estos elementos, reconoceremos que sin duda describen detalladamente al Espíritu compuesto y todo-inclusivo.
En este Espíritu tenemos a Dios y la humanidad apropiada. En este Espíritu tenemos la eficacia de la muerte de Cristo y el poder de la resurrección de Cristo. Todo lo que Cristo es y todo lo que Él hizo, obtuvo y logró, se encuentra en este Espíritu. El Señor nos ha mostrado el significado de la mirra, la canela, el cálamo y la casia; la razón por la cual los dos elementos de en medio había sólo la mitad de la cantidad completa; y el hecho de que estas cuatro especias conjuntamente conformaban tres unidades completas de quinientos siclos cada una. El hin de aceite de oliva era mezclado con las cuatro especias para formar un ungüento. Esto alude a la mezcla del Dios único con Su criatura, el hombre, para formar una sola unidad compuesta. El tabernáculo con todo su mobiliario y sus vasos y todos los sacerdotes eran ungidos con este ungüento compuesto, y no simplemente con aceite de oliva. Hoy en día no estamos bajo la unción del Espíritu que sólo incluye divinidad, sino bajo la unción del Espíritu compuesto.
Cuando el apóstol Juan usó el término unción en 1 Juan 2:27 con relación al mover del Espíritu, sin duda alguna pensaba en Éxodo 30, de donde proviene la palabra unción. La palabra unción no la usó Juan por primera vez, sino que ésta ya había sido usada en Éxodo 30. La unción que permanece en nosotros es el Espíritu compuesto, quien es el Espíritu vivificante que mora en nuestro espíritu.
(Espíritu y el cuerpo, El, capítulo 4, por Witness Lee)