Espíritu y el cuerpo, El, por Witness Lee

Más extractos de este título...

LOS TESTIGOS Y EL TESTIMONIO

En Hechos 1:8 la palabra testigos es diferente de la palabra testimonio, la cual aparece en otros versículos. Un testigo denota una persona, mientras que un testimonio se refiere a lo que dicha persona expresa o manifiesta. Primeramente somos testigos, y en segundo lugar, damos testimonio de algo. Según el libro de Apocalipsis, los santos, los creyentes, son el testimonio de Jesús, y el testimonio de Jesús colectivamente es la iglesia. En Apocalipsis los siete candeleros representan siete iglesias (1:20). Estos siete candeleros son un símbolo que nos muestra que las iglesias en la tierra hoy son el testimonio de Jesús. En la eternidad, la Nueva Jerusalén será el testimonio de Jesús. Colectivamente y corporativamente, las iglesias son el testimonio de Jesús, pero individualmente cada uno de nosotros es un testigo de Jesús. Cada uno de nosotros debe ser un testigo de Jesús, una persona saturada de Cristo, sumergida en Cristo y empapada de Cristo. Todo lo que seamos, por dentro y por fuera, debe ser Cristo. Eso es ser un testigo. Entonces, cuando nos reunamos juntos, seremos un testimonio corporativo, pues todos expresaremos lo mismo. En esto consiste el testimonio de Jesús.

En el cristianismo actual vemos muy poco de lo relacionado con los testigos o el testimonio. Aunque vemos muchos cristianos, no vemos muchos testigos. En vez de ver el testimonio de Jesús, lo que vemos en el cristianismo es una mera religión. No obstante, cada uno de los santos que está en las iglesias del recobro del Señor debe ser un testigo vivo, lleno de Cristo, saturado de Cristo y sumergido en Cristo, quien es el Espíritu todo-inclusivo. Si somos así, entonces espontáneamente seremos el testimonio de Jesús cada vez que nos reunamos.

(Espíritu y el cuerpo, El, capítulo 11, por Witness Lee)