NO UN MOVIMIENTO,
SINO EL MOVER VIVIENTE DEL ESPÍRITU SANTO
En el libro de Hechos no se presenta un movimiento, tal como se ve en estos ejemplos. Únicamente vemos el mover viviente de la persona viva de Jesús, y esta persona viva es el Espíritu Santo. Cuando Bernabé y Pablo confrontaron a un hechicero, un falso profeta, se nos dice que Pablo fue lleno del Espíritu Santo y tomó la iniciativa al hablar (13:9-10). Hechos 13:2 menciona primero a Bernabé y luego a Pablo. Sin embargo, fue Pablo quien tomó la iniciativa de hablar. Bernabé y Pablo no sostuvieron una conferencia entre sí, en la cual Bernabé dijera: “Pablo, tú estudiaste a los pies de Gamaliel y eres más instruido que yo. Ahora que estamos juntos en esta misión, decidamos que de ahora en adelante tú hablarás y yo seré tu ayudante”. En lugar de encontrar un relato semejante, simplemente se nos dice que en cierta ocasión Pablo fue lleno del Espíritu, y espontáneamente tomó la iniciativa de hablar. No hubo ninguna discusión ni decisión humana, sino el mover de una persona viva, el Espíritu Santo. Si hubiésemos sido Bernabé o Pablo, habríamos discutido sobre quién debía hablar. Pero el que hablaba era aquel que estaba lleno del Espíritu Santo. Si usted tiene el Espíritu, puede hablar. Pero si no lo tiene, debe guardar silencio.
(Espíritu y el cuerpo, El, capítulo 1, por Witness Lee)