Espíritu y el cuerpo, El, por Witness Lee

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LA SITUACIÓN ACTUAL

Ahora debemos aplicar este asunto de la unidad única a la situación actual. Hoy en día la unidad única no existe entre los cristianos. Los cristianos, si no se caen bien entre sí, simplemente se sienten libres de empezar otra reunión, diciendo que están adorando a Dios y que Dios está con ellos. No hay ningún vínculo que los mantenga unidos. En vez de ello, todos hacen lo que bien les parece y escogen a su conveniencia. ¡Oh, cuántos grupos hay para escoger en el cristianismo de hoy! Pareciera que todos los cristianos tienen la libertad de establecer una iglesia conforme a sus gustos. Por ejemplo, algunos cristianos valoran mucho la práctica del lavamiento de los pies. Si usted no está de acuerdo con esta práctica, no lo recibirán. Por lo tanto, los que están a favor del lavamiento de los pies establecen la iglesia del lavamiento de los pies. Lo mismo podemos decir acerca de la práctica de cubrirse la cabeza o acerca del tipo de vino o jugo que debe usarse en la mesa del Señor. Algunos insisten en que debe usarse jugo de uva, y otros dicen que debe usarse vino. Otros incluso tienen diferentes opiniones acerca del pan o del tamaño de la copa. Por esta razón, hay un gran número de supuestas iglesias según los diferentes gustos.

Hoy en la cristiandad hay demasiada libertad. Si una persona no está de acuerdo con las demás, se siente en libertad de establecer una iglesia conforme a sus gustos. Pareciera que cualquier predicación o enseñanza de un hombre pudiera atraer al menos un pequeño grupo de seguidores, aunque el grupo sólo esté compuesto por los miembros de su propia familia. ¡Qué situación tan lamentable! En las palabras de Moisés, esto es hacer lo que a nosotros nos parece bien. Cuando los hijos de Israel estaban por entrar en la buena tierra, Moisés les mandó que no hicieran más esto. En lugar de esto, ellos tenían que hacer lo que al Señor le parecía bien. Para los israelitas, el lugar de adoración era único y singular. Este lugar no dependía de la elección y gustos humanos, sino que dependía totalmente de la elección de Dios. Debido a que era Dios quien había hecho la elección, los hijos de Israel pudieron ser uno.

(Espíritu y el cuerpo, El, capítulo 19, por Witness Lee)