LA CONDICIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA IGLESIA
Y EL MINISTERIO DE LA PALABRA DEPENDE
DE NUESTRA PERSONA
La condición de la administración de la iglesia y el ministerio de la palabra depende de nuestra persona. Nuestra persona es determinante para la condición que prevalezca en la administración de la iglesia y en el ministerio de la palabra. La obra central que Dios realiza es Su edificación, la cual depende de la administración de la iglesia y del ministerio de la palabra. La clase de persona que uno es determina la manera en que uno administra la iglesia y ministra la palabra. Es imposible separar la administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, de la persona misma. Esto se puede comparar con el hecho de que las casas que son construidas por personas del occidente tienen una apariencia occidental y que aquellas que son edificadas por chinos exhiben una apariencia china. Edificamos de acuerdo con nuestra persona. Y esto es verdad principalmente en asuntos espirituales. Debido a esto, resulta inadecuado que uno simplemente estudie la manera de administrar la iglesia y ministrar la palabra; más bien, debemos darnos cuenta de que la manera de hacerlo es nuestra persona. La manera de administrar la iglesia está relacionada con la persona que administra. La clase de persona que somos determina como administramos. Es inadecuado aprender algún método externo; lo que tenemos que hacer es resolver los problemas de nuestra propia persona.
Después de un largo período de intranquilidad, Dios me dio el sentir interior de que Él está llevando a cabo una obra de edificación en esta era. En Manila compartí más de quince mensajes relacionados con la edificación. Cuando fui a Hong Kong, los hermanos me pidieron que los perfeccionara en ciertos asuntos. Les dije a los servidores que el simple hecho de estar ocupados no es suficiente. Es menester ver que Dios desea un edificio. Durante este tiempo que he estado en Taipéi, he sentido una gran preocupación en cuanto al edificio de Dios y los servidores. Al ver estas dos cosas juntas, siento un dolor profundo y una carga interior debido a que nuestra condición está muy lejos del edificio de Dios.
(Administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, La, capítulo 1, por Witness Lee)