NUNCA DEBEMOS SEMBRAR
LA SEMILLA DE LA MUERTE Y LA DISENSIÓN
Aquellos que han aprendido la lección simplemente dirán amén si los ancianos deciden que las reuniones de grupo deben estudiar el Evangelio de Juan. Aquellos que opinen que dicho libro es muy largo necesitan ser ayudados por los que ya han aprendido a sujetarse y a respetar la autoridad establecida en la iglesia. Primero necesitamos ayudar a los santos enseñándoles a aceptar las decisiones tomadas por los ancianos y abstenerse de sugerir el estudio de un libro más corto. Brindar tal ayuda a los santos es maravilloso y conlleva el elemento de edificarnos en unanimidad.
Si alguno de los hermanos responsables, impulsado por un motivo impuro, duda que la decisión de los ancianos sea la adecuada y expresa su sentir a otros hermanos responsables, el factor de muerte será esparcido. Aunque él no esté injuriando a los ancianos ni oponiéndose a ellos, en su hablar puede esparcir la idea de que la iglesia es como un dictador. Esto causará disensión. Cuando la semilla de la disensión es sembrada en los santos, puede crecer y finalmente causar que caigan en disensión en la iglesia. Esto es derribar la obra de Dios.
Incluso cuando predicamos el evangelio y edificamos a los santos en su crecimiento espiritual, puede infiltrarse el factor que derriba la edificación corporativa. Esto puede compararse con beber una taza de té que contiene la bacteria de la tuberculosis. Si tomamos el té, contraeremos tuberculosis. Es un asunto muy serio si un hermano, que no poseía un corazón de discordia antes de ser edificado a modo individual por nosotros, empieza a mostrar cierto elemento de disensión en su servicio, una vez que ha sido edificado por nosotros.
Una iglesia local puede ser arruinada si todos los santos en ella caen en disensión. Debemos ser advertidos de este gran peligro. La estratagema más sutil de Satanás es sembrar la semilla de la disensión a través de los que sirven en la iglesia. Cuando el enemigo logra esto, la obra del Señor es trastocada y aparecen discordias en el servicio de la iglesia. Una persona que ha contraído tuberculosis puede aparentar estar saludable, pero en el lapso de un año todo su ser sufrirá un colapso.
(Administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, La, capítulo 3, por Witness Lee)