Administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, La, por Witness Lee

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LA IDA DEL SEÑOR A PREPARAR UN LUGAR TENÍA COMO FINALIDAD EL AGRANDAMIENTO DE CRISTO

Si el Señor Jesús es la casa de Dios, entonces ¿cómo puede Él irse a preparar un lugar para nosotros? Su ida a preparar un lugar equivale al agrandamiento de Cristo. En 1 Corintios 6:19 leemos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual mora en nuestro interior. En 1 Pedro 2:5 se nos dice que nosotros estamos siendo edificados como una casa espiritual. Efesios 2:21-22 declara que estamos creciendo para ser un templo santo en el Señor, una morada de Dios en el espíritu. En 1 Timoteo 3:15 se afirma que la iglesia del Dios viviente es la casa de Dios. Los términos casa y templo en estos versículos se refieren a la morada de Dios. La casa es el templo, y el templo es la morada de Dios. La morada de Dios es un misterio en el universo. La morada de Dios alude a una persona, no a un lugar. La morada de Dios no es otra cosa que la iglesia, la cual está conformada por los creyentes. Los creyentes son el agrandamiento de Cristo. Si captamos este concepto, podremos entender lo que Dios está llevando a cabo en el universo.

Dios mora en la iglesia, y la iglesia es la casa de Dios. Por lo tanto, la iglesia tiene el elemento del hombre y el elemento de Dios juntamente con el elemento del cielo. Dios está en la iglesia, y el cielo está también en la iglesia. Aunque la iglesia se encuentra en la tierra hoy, su elemento es celestial, porque el cielo se halla en la iglesia. Por consiguiente, la iglesia es la mezcla de Dios y el hombre, y es el punto de unión entre el cielo y la tierra. Esto es la morada de Dios. Y esta morada de Dios es muy diferente al lugar de Su morada en el cielo. El cielo donde Dios mora es simplemente el cielo; no tiene el elemento del hombre ni está unido a la tierra. En cambio, la iglesia, la cual Dios ha obtenido para que sea Su morada, es un misterio, ya que Dios ha entrado en el hombre y se ha mezclado con éste. Cuando Dios viene, el cielo mismo viene con Él; y debido a que el hombre está aquí, la tierra también está aquí. Esto es la mezcla de Dios con el hombre, y es la unión del cielo y la tierra. Aunque tal entidad no es de la tierra, se encuentra en ésta. Y aunque se encuentra en la tierra, proviene del cielo y posee el elemento celestial. Esta morada, la cual es la mezcla de Dios con el hombre y la coyuntura donde el cielo y la tierra se unen, es la morada eternal de Dios, la cual Dios mismo está edificando. Éste es el lugar que el Señor dijo que iría a preparar; dicho lugar incluye la iglesia y el cielo.

En Juan 14:11-12 el Señor dijo: “Creedme que Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí; y si no, creedme por las mismas obras. De cierto, de cierto os digo: El que en Mí cree, las obras que Yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque Yo voy al Padre”. En estos versículos el Señor estaba dando a entender que Él entraría en el Padre, y que también introduciría en el Padre aquellos que habían creído en Él. Aquí vemos tanto una persona como un lugar. El cielo puede ser expresado en la tierra debido a que se halla en Dios, y es manifestado mediante la mezcla de Dios y el hombre. Esto es un misterio. El elemento mismo del cielo puede ser expresado en la tierra mediante la mezcla de Dios y el hombre. Esto no es otra cosa que la Nueva Jerusalén.

La Nueva Jerusalén, al igual que la iglesia, consta de la mezcla de Dios y el hombre, y el cielo está también mezclado allí. La iglesia se compone de los creyentes, quienes están mezclados con Dios, más la condición o elemento del cielo, el cual se halla también en nosotros. De esta manera, tanto Dios como el cielo pueden ser expresados en la tierra. A pesar de que esta realidad hoy está en miniatura, no somos capaces de comprenderla plenamente. Pero en la era del cielo nuevo y la tierra nueva, que será el tiempo de la madurez y la plenitud, Dios estará plenamente mezclado con el hombre, y el hombre habrá entrado plenamente en Dios. Dios tomará al hombre como Su morada, y el hombre también tomará a Dios como su habitación; por ende, los elementos de Dios y del cielo serán introducidos plenamente en el hombre y serán expresados sobre la tierra. Esto es lo que el Señor Jesús quiso dar a entender cuando mencionó que iba a preparar un lugar para nosotros.

(Administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, La, capítulo 4, por Witness Lee)