Administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, La, por Witness Lee

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NECESITAMOS APRENDER LA LECCIÓN DE LA EDIFICACIÓN Y CONDUCIR A OTROS A ELLA

Una persona que argumenta acerca de cuál libro debe estudiar la iglesia y que pone en tela de juicio la decisión de los ancianos, no posee un espíritu o actitud de sumisión. Sin sumisión no puede haber edificación. La edificación de la iglesia que se efectúa mediante nuestra administración de la misma y el ministerio de la palabra depende de nuestra persona. Si hemos aprendido las lecciones pertinentes, si hemos experimentado el quebrantamiento de nuestro yo y conocemos lo que es el edificio de Dios, aquellos creyentes a quienes cuidemos llegarán a ser piedras vivas edificadas juntamente como casa espiritual. Pero si nosotros mismos no hemos sido edificados, no seremos capaces de edificar a otros. La obra confiada en nuestras manos no resultará en edificación. Cuantas más personas se salven mediante nuestra predicación del evangelio y mientras más personas tratemos de edificar, lo único que traerán serán opiniones a la iglesia. Aun cuando el número de piedras para la edificación se ha incrementado, no se llevará a cabo ninguna edificación.

La obra de Satanás consiste en derribar la edificación. Él ha estado haciendo esto por dos mil años. La mayor parte de la obra del evangelio que se lleva a cabo en el cristianismo busca atraer personas con miras a obtener ganancias materiales. Éste es un propósito bajo y superficial, y es un indicio de que el poder del evangelio se ha perdido. Cuando una iglesia está llena de disensión, su condición espiritual será débil. Desde que llegamos a Taiwán en 1949, la iglesia en Taipéi se ha mantenido fresca sin ningún elemento de disensión. Satanás está ahora intentando derribar la edificación. Si estamos en unanimidad, tenemos la autoridad del Espíritu Santo.

(Administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, La, capítulo 3, por Witness Lee)