EL CAPITULO VEINTIUNO DE JUAN ES UN APENDICE
Indudablemente, el Evangelio de Juan es el libro más maravilloso con respecto a la vida. Cuando era joven, apreciaba mucho el primer capítulo de este evangelio. Empieza de una forma gloriosa: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios ... en El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. ¡Es tan elevado y profundo! No obstante, cuando llegué al último capítulo de Juan, el capítulo veintiuno, quedé sorprendido y confuso, pues no se parece a ningún otro capítulo de Juan. En él leemos: “Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo”. Entonces todos fueron a pescar, y no pescaron nada en toda la noche. De repente, Jesús estaba allí y les habló acerca del comer, etc. ¿Qué clase de capítulo es éste? El capítulo catorce habla del Consolador y del Espíritu de realidad, el quince habla de la vid y de los pámpanos, y el capítulo diecisiete trata de la oración del Señor como Sumo Sacerdote; estos capítulos son maravillosos y profundos. ¿Podría usted creer que un evangelio como el de Juan incluyera el capítulo veintiuno? Cuando era joven pensaba que algo debía estar equivocado. En mi opinión, este capítulo no encajaba.
Leamos los últimos dos versículos del capítulo veinte, los versículos 30 y 31: “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de Sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en Su nombre”. Estos versículos son verdaderamente maravillosos y constituyen una conclusión apropiada de todo el libro. A estas alturas podríamos decir que el libro ha concluido; pero después, sigue otro capítulo más. Lo podríamos llamar un apéndice o una posdata.
(
Cristo es contrario a la religión, capítulo 9, por Witness Lee)